Los expertos temen que el plan para clonar niños obstruya los cultivos celulares para trasplantes
El proyecto revelado el sábado por un científico estadounidense y otro italiano para clonar seres humanos, y ayudar así a las parejas que no pueden tener niños por otros medios, provocó ayer los primeros atisbos de una polémica que se prevé colosal en los próximos días. Aparte del bien conocido rechazo que toda clonación suscita entre los bioéticos, la Iglesia y los sectores sociales consevadores, algunos científicos temen que este proyecto de clonación reproductiva (es decir, para engendrar niños) obstaculice los titubeantes comienzos de la clonación terapéutica (producción de células para trasplantes), para la que el rechazo es menor.
'Somos gente seria y lo podemos demostrar con nuestro currículo', ha declarado Panayiotis Zavos, profesor de fisiología reproductiva en la Universidad de Kentucky (EE UU) y uno de los dos expertos al frente del proyecto. Su colega es Severino Antinori, un conocido especialista italiano en fertilidad humana. Los dos científicos aseguraron el sábado que tendrán el primer embrión listo para implantar en un útero en un plazo de 18 meses. También revelaron que ya hay diez parejas estériles que se han ofrecido voluntarias para la clonación de uno de sus miembros, y que los experimentos se llevarán a cabo en un 'país mediterráneo' sin especificar.
Especialistas en clonación consultados por Los Angeles Times expresaron su temor de que Zavos y Antinori puedan provocar una reacción general en contra que se lleve por delante los proyectos de clonación terapéutica, es decir, de embriones de pocos días que no se implantan en un útero, sino que se destruyen para obtener células y tejidos para trasplantes. Ninguno de los dos tipos de clonación está prohibido en Estados Unidos.
Pero esa situación podría cambiar. El viernes pasado, el nuevo presidente norteamericano, George Bush, manifestó su fuerte oposición personal a que la Administración de su país financie experimentos con fetos abortados, lo que provocó en círculos científicos el temor a que el presidente pretenda dejar de nuevo sin fondos a las líneas de investigación que implican cualquier manipulación de los embriones humanos. La gran mayoría de los científicos cree que los cultivos celulares obtenidos de embriones clónicos puede revolucionar pronto el tratamiento de innumerables enfermedades.
'El proyecto de clonación [de Zavos y Antinori] invita a una prohibición general que bloquearía las investigaciones que necesitamos para curar enfermedades', declaró al mismo diario de Los Ángeles Ronald Green, un bioético de la Universidad de Dartmouth.
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