Tres facultades analizan su situación ante la evolución a la baja de las matriculaciones

María es alumna de primer curso de Derecho en el campus de Guipúzcoa de la UPV y desconoce el significado de la palabra masificación. No tiene ningún problema para elegir el pupitre que ella desee porque en su clase hay sitio de sobra. No ocurre lo mismo con Ainhoa. Ella está en el último curso y, a diferencia de su compañera, tiene que llegar un poco antes al aula para poder sentarse en un buen lugar.

En efecto, esa Facultad de Derecho, al igual que otros centros universitarios de todo el País Vasco, sufre en estos momentos lo que su decano, Francisco Javier Ezquiaga, ha denominado como el efecto pirámide invertida. 'Esto significa que los estudiantes que están a punto de concluir sus estudios superan de manera notable a los que los inician', explica.

Los 800 alumnos que hace una década se peleaban por obtener su licenciatura en Derecho han dado paso a los cerca de 250 que acceden sin problemas a la facultad. De hecho, el descenso sufrido este año en la matriculación ronda el 18%.

En cualquier caso, Ezquiaga opta por evitar cualquier atisbo de pesimismo. 'La situación a la que nos medimos no es tan mala como parece. Hemos estado acostumbrados a estar sentados esperando a los alumnos que llegaban en masa a los centros de Derecho. Pero no hay que olvidar que la situación anterior tampoco era del todo deseable, ni por las condiciones de docencia ni por lo que ofrecía el mercado', explica Ezquiaga.

En este sentido, con la nueva realidad, la calidad de la enseñanza se ha impuesto en las aulas y está permitiendo considerables mejoras. Desde el punto de vista de la docencia, promueve una mayor interacción de la clase y, en cuanto a la inserción laboral, los alumnos que obtienen su licenciatura podrán ser absorbidos por el mercado de trabajo de una forma mucho más rápida.

La caída en la matriculación de alumnado también ha redundado en el estudio y el desarrollo de nuevas carreras. A través de esta iniciativa se persigue atraer la atención de los futuros universitarios. Una de ellas ha sido Traducción e Interpretación, implantada en la Facultad de Filología y Geografía e Historia del campus alavés dentro del plan de nuevas titulaciones de la UPV.

Carrera 'estrella'

Ha sido, sin ningún género de dudas, una de las carreras estrella del presente curso, ya que se presentaron un total de 156 solicitudes para 70 plazas en poco más de un mes.

La implantación de una titulación como ésta supone, tal y como señala Gidor Bilbao Telletxea, vicedecano de Ordenación Académica, un importante esfuerzo de organización por parte del personal universitario respecto a los horarios, instalaciones y un considerable desembolso económico. Sin embargo, gracias a esta iniciativa, esta facultad ha conseguido que el número de alumnos matriculados en Filología y Geografía e Historia no descienda respecto del curso pasado, manteniendo un total de 2.500 estudiantes.

Dos son los argumentos necesarios, según el vicedecano de Ordenación Académica de Filología y Geografía e Historia, para enfrentarse a la disminución en el número de alumnos matriculados: 'Mejorar las carreras que ya teníamos y encargarnos especialmente de su difusión, del marketing'.

Una situación similar ha experimentado la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV. Gracias a su amplia oferta docente, cerca de 690 asignaturas, mantiene en cifras similares el número de matriculaciones con respecto al año anterior.