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Reportaje:

El año del cerdo

El mal de las 'vacas locas' cambia la suerte de Vilches, principal productor de ganado porcino en Andalucía

Ginés Donaire

'No podemos alegrarnos del mal ajeno, pero es cierto que el consumo del cerdo ha subido mucho'. Las palabras son de Jesús Antonalla Muelas, presidente de la Asociación de Defensa Sanitaria de Vilches (Jaén), el municipio que alberga la mayor cabaña de ganado porcino de Andalucía. Antonalla se refiere a la incidencia que ha tenido entre los ganaderos de su pueblo la aparición del mal de las vacas locas, que ha disparado los precios de la carne de cerdo. Hasta un 35% han crecido en los dos últimos meses, un porcentaje similar al que sube la renta de esta localidad de algo más de 5.000 habitantes ubicada en las estribaciones de Sierra Morena.

En Vilches han censadas unas 60 explotaciones de ganado porcino, la mayoría de pequeño y mediano tamaño (de entre 200 a 500 cabezas). Son más de 10.000 las hembras reproductoras existentes, que arrojan una producción anual de 170.000 unidades de cerdos. El 60% de esa cabaña se exporta a industrias cárnicas del país, entre ellas la manchega Frimancha o Campocarne (filial andaluza del grupo Campofrío).

Los ganaderos venden en vivo el ganado porcino, que ha pasado de 120 pesetas el kilo hace apenas dos meses a las 185 en que se mueve en la actualidad. Lo mejor no es eso, sino que la situación actual del mercado hace prever que los precios seguirán su línea ascendente en las próximas semanas.

Ganaderos y vecinos de Vilches se frotan las manos, pero contienen su euforia, sobre todo por la solidaridad que ofrecen con sus colegas del sector bovino.

'El sector del cerdo pasa por un excelente momento, pero nos hubiera gustado que no hubiera sido a costa de la crisis tan grave que padecen los productores de carne de vaca', manifiesta Jesús Antonalla, presidente del colectivo ganadero de Vilches, que agrupa a unas 300 familias del municipio.

También el alcalde, Serafín Pérez, valora el momento de bonanza económica, pero echa de menos que el producto obtenido genere escaso valor añadido en el pueblo por la ausencia de industrias transformadoras. 'Los ganaderos no deben pensar solo en ganar dinero a corto plazo, sino en amortiguar los altibajos que sufre el sector con la instalación de un matadero y sala de despiece que permita comercializar desde Vilches todo el producto', indica el alcalde.

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El tributo que deben pagar los vecinos de Vilches por basar su economía en el sector porcino no es otro que el de la alta contaminación ambiental que vienen soportando desde hace décadas. El Ayuntamiento y los ganaderos trabajan conjuntamente para intentar llevar a cabo la resolución aprobada por todos los grupos políticos del Parlamento andaluz con el fin de trasladar las granjas de cerdos hasta el extrarradio. El hecho de que la normativa impida concentrar en una misma zona a más de 900 madres reproductoras, obligará a construir hasta seis polígonos ganaderos.

De otro lado, para el próximo mes de marzo se espera que entre en funcionamiento la planta de depuración y eliminación de purines (desechos de las granjas porcinas) promovida por la empresa Procesos Ecológicos Vilches, cuyo accionista mayoritario es Abengoa. Se trata de una iniciativa respetable con el medio ambiente, que permitirá aprovechar el líquido para el riego y transformar el compost (abono formado por la mezcla fermentada de residuos orgánicos con materias minerales) en abono agrícola. Se calcula eliminar hasta 250 metros cúbicos de purines diariamente, todo ello con una inversión de 2.500 millones de pesetas. La empresa promotora recuperará esa inversión a través de la planta de cogeneración de energía eléctrica que explotará en el municipio, y por la que ha previsto unos beneficios anuales de 400 millones de pesetas.

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