Sentencia de muerte para el Amazonas
El estudio más detallado que se ha hecho sobre el destino de la mayor selva tropical del mundo calcula que, para el año 2020, es posible que sólo un 5% de la Amazonia conserve su estado prístino y salvaje.
Esta perspectiva tan pesimista es la que prevé un equipo de científicos brasileños y estadounidenses que han analizado cómo va a reaccionar este delicado ecosistema ante un nuevo proyecto de construcción de una carretera, valorado en 40.000 millones de dólares.
Aunque la Amazonia representa en la actualidad aproximadamente el 40% de los bosques tropicales de la tierra, los científicos creen que en los próximos 20 años disminuirá de forma alarmante, como consecuencia directa de un ambicioso programa denominado Avança Brasil (Avanza Brasil), consistente en la construcción de carreteras, vías férreas y presas hidroeléctricas.
Los científicos acusan al Gobierno brasileño de facilitar el proyecto al mantener al margen a los organismos ambientales -incluido su Ministerio de Medio Ambiente- y, de esa forma, acelerar las talas y la deforestación.
'Cuando se construye una carretera o autopista, se abre una caja de Pandora que al Gobierno le resulta prácticamente imposible controlar', dice William Laurance, del Instituto de Estudios Tropicales del Smithsonian, con sede en Panamá. 'Cuando se construye una carretera en medio de un bosque intacto, se comienza un proceso inevitable de colonización ilegal, tala, limpieza de tierras y destrucción de la selva'.
El equipo, formado por científicos del Instituto Nacional de Estudios Amazónicos de Brasil, elaboró, con ayuda del ordenador, modelos para predecir la trayectoria de la destrucción forestal, basándose en lo que le ha ocurrido a la selva en los últimos 20 años de construcción de carreteras y explotación.
'Hemos utilizado el pasado como guía para el futuro. Hemos examinado toda la red de carreteras y autopistas en el Amazonas para observar cómo se produce la deforestación en torno a cada vía nueva', explica Laurance. La verdad es que hasta ahora no ha habido ningún trabajo de dimensión parecida a lo que hemos hecho. Nuestro modelo por ordenador es muy amplio'.
El estudio, publicado en la revista Science, muestra dos situaciones posibles: un futuro 'optimista' y otro 'no optimista'. Ambas posibilidades indican que los programas actuales de explotación van a producir una transformación radical en la región.
Según las previsiones menos optimistas, en el año 2020 más del 95% del Amazonas habrá perdido su carácter impoluto y el 42% de la selva estará totalmente despojada o muy degradada. Incluso los más optimistas opinan que más de la mitad de la Amazonia dejará de ser un lugar intacto y alrededor del 30% se perderá para siempre.
El Amazonas ya está experimentando la destrucción más feroz que se ha visto en ninguna selva tropical del mundo, con la pérdida de casi 20.000 kilómetros cuadrados al año. No obstante, el Plan Avança Brasil hará que esas pérdidas aumenten entre un 14% y un 25% cada año, según el estudio. 'Está en juego el destino del mayor bosque tropical de la tierra', afirman los científicos.
Hasta ahora, la deforestación se ha producido, sobre todo, en sus bordes meridional y oriental, pero la construcción de carreteras permitirá que los madereros lleguen a las zonas interiores de la selva. Laurance dice que la construcción de carreteras es, con gran diferencia, el aspecto con más posibilidades destructivas dentro del programa de explotación, por su forma de fragmentar la selva en parcelas más pequeñas y cada vez más imposibles de sostener. 'Para comer una tarta, la cortamos en pedazos pequeños, y eso es lo que hacen estos proyectos de explotación con la región del Amazonas', explica.
Existen varios intentos de conservar la selva, tanto a escala nacional como internacional -entre ellos, una donación de 340 millones de dólares de las siete naciones más poderoras del mundo (G7)-, pero dichos esfuerzos 'no son nada en comparación con las dimensiones actuales y previstas de las actividades de explotación', que cuentan con unos fondos aproximados de 40.000 millones de dólares para los años comprendidos entre 2000 y 2007, según dicen los científicos.
'La red de carreteras amazónicas se está ampliando y mejorando enormemente; muchas partes que estaban sin pavimentar se están convirtiendo en vías asfaltadas y resistentes', explican los científicos. Las consecuencias de estos grandes proyectos y de otras tareas de desarrollo en la selva están aún por valorar de forma sistemática. Nuestros modelos de previsión sugieren que, en las condiciones actuales, los esfuerzos para fomentar un desarrollo ecológico en el Amazonas brasileño se van a ver aplastados por las tendencias destructoras predominantes'.
'Aunque la amenaza consiste en varios factores, hay que prestar atención especial a Avança Brasil, porque se trata de una gran iniciativa nueva que abrirá vastas zonas de la frontera amazónica a las actividades de explotación'.
'Avança Brasil', afirman 'es un ejemplo típico de la planificación que se hace actualmente en el Amazonas, desde arriba, con proyectos gigantescos que se proponen y se aprueban mucho antes de poder evaluar los costes y riesgos ambientales'.
Los modelos de ordenador empleados en el estudio -financiados, en parte, por la NASA- se hicieron utilizando imágenes de la selva tomadas por satélite. Según Mark Cochrane, científico ambiental de la Universidad del Estado de Michigan y miembro del equipo de investigadores, cada año se perderá unos 3.100 kilómetros cuadrados como consecuencia de los planes de construcción de carreteras.
'Estamos intentando establecer las repercusiones. Creemos que todavía no se han examinado', explica Cochrane. Cuando uno observa estos bosques de lejos, parece que están bien. Pero cuando está en su interior, ve que están cada vez más despoblados y que se han transformado. Como si se hubieran hecho agujeros en ellos. Unos huecos que pueden hacer que una selva se seque y sea vulnerable a los incendios'.
Carlos Peres, un científico y conservacionista brasileño que trabaja en la Universidad de East Anglia en Norwich (Inglaterra), dice que los incendios son una de las peores consecuencias de la construcción de carreteras en la selva.
'En cualquier lugar en el que hay una nueva carretera, asfaltada o sin asfaltar, aumentan las talas; y cuando aumentan las talas aumenta el riesgo de incendios, incendios mucho más graves, capaces de quemar las copas que forman el dosel de la selva. De aquí a dos o tres décadas, podría pasar de ser un bosque con dosel a ser un paisaje de arbustos semejante a la sabana', explica. Si las tendencias actuales siguen adelante, veremos cómo se acelerará aún más la transformación del bosque y acabaremos teniendo un paisaje muy fragmentado'. Los científicos sugieren que Brasil debería aceptar 'fondos de compensación' de los países desarrollados para salvar la selva. Brasil los ha rechazado, en una decisión que los científicos califican de 'terrible error'.
Peres, que nació en la región del Amazonas, es pesimista sobre Avança Brasil, pero reconoce que muchos brasileños no están de acuerdo con él. 'Para otros, la explotación es signo de un futuro próspero. Yo preferiría disminuir la velocidad del cambio, pero eso no es lo que quieren muchos de mis compatriotas'.
§ The Independent
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