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El secretario de Estado de Exteriores visitará Libia con 22 empresarios

Las relaciones de España con Libia, donde la empresa petrolera Repsol tiene importantes intereses, no se bloquearon totalmente, sin embargo, ni siquiera en los tiempos más duros. Data de febrero de 1998 la visita a Trípoli del entonces secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga, que hubo de alcanzar la capital en coche desde Túnez porque las sanciones internacionales impedían aterrizar en los aeropuertos libios. Pero los contactos bilaterales decayeron a pesar de aquel gesto, que no había vuelto a repetirse hasta ahora.

El cambio de situación se debe a la entrega por Gaddafi de los dos imputados que están siendo juzgados en Holanda por el atentado de Lockerbie. El asesinato de los 260 ocupantes del avión de la TWA que estalló cuando sobrevolaba la citada localidad escocesa en 1988 -otras 11 personas murieron en tierra- desembocó en las sanciones que fueron suspendidas -no levantadas- tras la entrega de los sospechosos.

El presidente José María Aznar se entrevistó con Muammar el Gaddafi en mayo de 1999 en El Cairo, con ocasión de una cumbre Europa-África. En julio pasado, visitó Madrid una delegación de empresarios libios presidida por un viceministro de Exteriores.

Otros signo de la vuelta de Libia a la normalidad internacional será su asistencia el próximo jueves en Lisboa a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del llamado Grupo Cinco Más Cinco (España, Italia, Francia, Portugal, Malta y los cinco países del Magreb), en la que no participaba desde la imposición de las sanciones.

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