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SEGURIDAD ALIMENTARIA

Agricultura abre una investigación sobre los intereses del director general de Ganadería en el sector porcino

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El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, no destituirá a su director general de Ganadería, Quintiliano Pérez Bonilla, pero investigará su caso de oficio. La familia de Pérez Bonilla posee supuestamente una de las explotaciones de porcino más importantes de España y una fábrica de piensos que ha empleado habitualmente harinas animales, lo que, según informó ayer la SER, ha generado malestar en el sector ganadero español y le ha supuesto apartarse de sus funciones en el Ministerio de Agricultura, en relación con la crisis de las vacas locas.

Los piensos de harinas de origen animal son responsables, según los expertos, de que se haya extendido el mal de las vacas locas. Además, las explotaciones de cerdo han disparado sus beneficios desde que estalló la crisis. El PSOE dijo ayer que el Gobierno 'mantiene escondido' a este director general porque 'no es presentable en sociedad', un 'hecho que está en el límite de irresponsabilidad' del Ejecutivo ante la crisis de las vacas locas, según Jesús Cuadrado, portavoz en la Comisión de Agricultura.

Quintiliano Pérez Bonilla puso su cargo a disposición del ministro de Agricultura, aunque afirmó que 'objetivamente no encuentra ninguna razón ética, ni estética ni jurídica' para presentar su dimisión. Agricultura anunció más tarde que abrirá una investigación de oficio a Pérez Bonilla, después de desmentir que hubiera sido 'retirado del cargo'.

Pérez Bonilla explicó ayer que su mujer es empresaria ganadera y que él mismo lo fue hasta que accedió al actual cargo. El director general de Ganadería, que fue subdirector en el Ministerio de Agricultura con el PSOE, añadió que, como alto cargo, ha declarado su patrimonio y el de su esposa, y que la ley de incompatibilidades 'dice claramente que un alto cargo tiene posibilidad de administrar su patrimonio'. Pero, según Pérez Bonilla, es su mujer, 'agricultora desde que nació y empresaria agrícola desde hace diez años', quien administra el patrimonio familiar desde que él fue nombrado alto cargo en 1991.

Asociaciones agrarias y de productores de vacuno citadas por la SER coincidieron ayer en señalar que Pérez Bonilla no puede compatibilizar su cargo con esos intereses privados. Algunos le han expresado ya por carta su disconformidad y malestar con esta situación, ya conocida en el sector.

El nombre de Pérez Bonilla ya salió a la luz cuando el escándalo por el cobro de subvenciones para cultivar lino en la época en que Loyola de Palacio era ministra de Agricultura. La esposa del alto cargo percibió ayudas por la siembra de ese producto. El director general explicó ayer que su mujer 'sembró lino únicamente en 1996' y que entonces 'ni conocía a Loyola de Palacio, ni a Coca ni sabía que las elecciones las iba a ganar el PP'.

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