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Pinochet acepta someterse a las pruebas médicas y al interrogatorio

Incitación al desacato

Entretanto, los querellantes replicaron con una petición al fiscal del Tribunal Supremo para que investigue la comisión del delito de incitación al desacato que cometió la defensa, al recomendar a Pinochet no presentarse a los exámenes y al interrogatorio. Como Pinochet no notificó su domicilio al magistrado para realizar esta última diligencia, Guzmán se presentará hoy a cumplirla en la dirección que ha fijado previamente la defensa, en una oficina del ex dictador en la comuna de Las Condes. Si allí Pinochet no se encuentra presente, como han asegurado sus asesores, éste terminará de consumar su desacato judicial, con lo que Guzmán podrá procesarlo de inmediato, sin esperar a tomarle la declaración indagatoria y, además, ordenar su arresto domiciliario.

La solicitud de la defensa ante la Corte Suprema de retirar al magistrado por estimar que ha sido parcial y se encuentra 'perturbado', tampoco alcanzará ser examinada por este tribunal antes de la declaración indagatoria, por lo que no sirve para dilatar la diligencia.

Cualquiera que sea la decisión del magistrado, quien podría optar también por la cautela y esperar hasta mañana el miércolesantes de notificar la detención y el procesamiento, los querellantes reiterarán hoy su petición de que Pinochet sea arrestado y declarado reo.Ellos advierten que el arresto domiciliario de Pinochet en Chile, algo inimaginable hace tres años, antes de que el juez Baltasar Garzón lograra su detención en Londres por petición de la justicia española, está hoy al alcance de la mano de los detractores del ex dictador. El presidente de la Corte Suprema, Hernán Alvarez, consultado ayer sobre la rebeldía de Pinochet, sostuvo que los tribunales 'no se sienten sobrepasados' y dijo que estos tienen instrumentos para hacer cumplir las resoluciones judiciales. 'Si yo dicto una medida que debe cumplirla un tercero, si ese tercero no la cumple, de manera injustificada, yo puedo apercibirlo para que la cumpla o si no, derechamente, aplicar algún grado de apremio', afirmó Alvarez. Desde la perspectiva del gobierno, es el propio Pinochet el que se colocó en esta situación al negarse a concurrir al examen médico, una diligencia que eventualmente podía favorecerle. El ministro del Interior, José Miguel Insulza, recordó ayer que los exámenes son una garantía por lo que 'el inculpado ha desechado una posibilidad'. Descartó también el jefe del gabinete la posibilidad de una salida política para un caso que es judicial, porque implicaría alterar el orden jurídico. Creen en La Moneda que el Ejército no está ahora en condiciones de respaldar a Pinochet, aunque este encabezó la institución durante casi un cuarto de siglo, al elegir el mismo colocarse fuera del escenario jurídico. El mismo comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, visitó la semana pasada a Pinochet en Bucalemu para advertirle que no estaba en condiciones de recibir apoyo si concretaba esta rebeldía, según diversas versiones. Con su desacato, Pinochet abrirá hoy un nuevo escenario en sus empeños por sacar al juez del caso, en una acción que, como un boomerang, puede terminar volviéndose en su contra, al restarle apoyo.Pinochet depuso ayer su rebeldía ante el juez Juan Guzmán y aceptó someterse al interrogatorio y a los exámenes médicos que determinarán si está en condiciones de afrontar el juicio por el caso de la caravana de la muerte. A su vez, el juez determinó nuevas fechas para las pruebas y el interrogatorio.

La defensa de Pinochet fijó ayer en la tarde el domicilio de su cliente en la parcela que éste tiene en Los Boldos, en Bucalemu, unos 150 kilómetros al suroeste de Santiago, donde tendrán lugar los interrogatorios. Esta medida supone un giro en 180 grados en su estrategia de rebeldía ante el magistrado.

Guzmán ordenó realizar los exámenes mentales y neurológico en el Hospital Militar y en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile (los análisis de las pruebas se harán en dos centros privados) el jueves y viernes; el interrogatorio se realizará el lunes de la próxima semana, día 15, dijeron fuentes judiciales. Así, Guzmán ha abierto un espacio de tiempo entre los exámenes médicos y el interrogatorio, lo que permite que la declaración indagatoria se efectúe con algunos resultados de los análisis clínicos.

Falló la rebeldía

La bravata de la rebeldía de Pinochet ante la Justicia duró una semana antes de ser derrotada por los hechos, al quedar el ex dictador aislado por completo. Las esperanzas de los defensores del general quedan ahora centradas en que los exámenes muestren que no tiene condiciones de salud suficientes para enfrentar un proceso. Por su parte, los querellantes sostienen que sólo aceptarán como eximente del juicio que Pinochet sea declarado por los médicos loco o demente senil.

La semana pasada Pinochet se negó a fijar un domicilio para el interrogatorio y no concurrió a los exámenes médicos en el Hospital Militar, donde Guzmán le esperó una hora y media; hasta ayer por la mañana Pinochet estaba dispuesto a seguir con su rebeldía, con la esperanza de que alguno de los recursos que había interpuesto su defensa prosperara. Pero la resolución que adoptó ayer la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, al ratificar el interrogatorio y rechazar una petición de la defensa para impedirlo (por dos votos contra uno) cercenó sus esperanzas de lograr un triunfo en los tribunales que le permitiera esquivar el interrogatorio.

Esta decisión tornaba prácticamente inevitable que si el general mantenía su desacato, al no estar presente hoy en el interrogatorio, Guzmán lo sometería a proceso sin declaración indagatoria y ordenaría su arresto domiciliario. Respecto de una segunda petición de la defensa para que los exámenes médicos a Pinochet fueran únicamente en el Hospital Militar, la corte resolvió pedir un informe a Guzmán y éste dispone de ocho días para contestar.

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