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Fuerte caída de la inversión de capital extranjero en Cataluña

La inversión extranjera directa en Cataluña experimentó una fuerte caída a principios del año 2000. Los datos más recientes reconocidos por la Generalitat, referidos al primer trimestre del año, reflejan que la inversión extranjera directa (IED) recibida era el 13,27% del total español. En números absolutos, 232.300 millones de pesetas, respecto de un total de 1,7 billones. Si se toman los últimos datos hechos públicos por la Administración central, Cataluña captó, en 1999, el 23% del total español, con lo que cede liderazgo en la captación de capitales.

La tradicional bipolaridad entre las autonomías de Madrid y Cataluña respecto a las inversiones se ha roto en los últimos dos años. En 1999, Madrid recibió el 61,8% del total español (2,7 billones), y Cataluña, el 23% (963.018 millones), según el Registro de Inversiones. En el año 2000, la Comunidad de Madrid ha progresado mucho, mientras que Cataluña ha reducido su peso específico en la captación de inversiones a porcentajes similares a los de otras autonomías.

El consejero de Industria Comercio y Turismo, Antoni Subirà, ha preferido significar los esfuerzos de internacionalización de las empresas catalanas en el año 2000 a destacar la condición de Cataluña 'como exportadora neta de capitales'. La Adimnistración catalana pasa de puntillas sobre los elementos que influyen en la pérdida del carácter de receptora neta de inversiones extranjeras que tradicionalmente se atribuía a la economía catalana. Un fenómeno que puede tener consecuencias porque dificulta el proceso de mejora de la competitividad de la industria catalana.

La concentración de las inversiones sobre la Comunidad de Madrid parece haberse visto favorecida con la globalización y los procesos de fusión y absorción que se han desatado en la mayor parte de sectores de actividad.Los grandes movimientos de capitales en telecomunicaciones, energía o el sector financiero favorecen a Madrid. Las inversiones financieras se mantienen a buen ritmo o incluso aumentan, mientras que las inversiones industriales, más acordes con la economía catalana, se han reducido. La inversión extranjera en Cataluña tuvo una fuerte expansión en la pasada década y estuvo fuertemente concentrada en la industria (casi el 50% del total entre 1992 y 1998).

El empuje en Madrid quedó demostrado a mediados del año 2000 con la creación de unas 11.000 nuevas sociedades, según reflejan datos del director general de Economía y Planificación, José Luis Barreiros. Algunos expertos en localización industrial utilizan el término saturación para hablar del caso catalán, que luce más de 2.500 ejemplos de industrias extranjeras situadas en su territorio. La industria catalana está tradicionalmente más diversificada y los procesos de venta o incorporación de accionistas extranjeros se produjeron ya años atrás. La pregunta para muchos es: ¿a qué se debe que Cataluña recibiera tanta inversión en los últimos años?

Los inconvenientes tradicionales de Cataluña se relacionan con ser una región rica dentro de un país pobre. El peso de la economía catalana en el conjunto de las regiones europeas le impide aprovecharse de ayudas para la implantación de empresas, por lo que sus ofertas a nuevos inversores resultan menos competitivas que las de otras regiones del entorno español, capaces de ofrecer ventajas en terrenos, mano de obra o incluso incentivos.

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