El Gobierno de Arafat exige compensaciones por las pérdidas de propiedad de los refugiados
"Los palestinos no han rechazado la propuesta de Clinton", explica a EL PAÍS una fuente diplomática europea que sigue de cerca las negociaciones.
ENVIADA ESPECIALAyer fue un día de reuniones y llamadas telefónicas. Resguardados del escrutinio público por las celebraciones del fin del Ramadán, los negociadores palestinos seguían buscando "aclaraciones" al plan estadounidense para un acuerdo de paz final con Israel. Los palestinos desean mapas precisos, un reconocimiento más explícito del derecho al retorno de los refugiados, que se mencionen compensaciones por las pérdidas de propiedad y que se acorten los plazos para cerrar el contencioso sobre la seguridad en la zona.
De acuerdo con la ONU
"Los palestinos no han rechazado la propuesta de Clinton", explica a EL PAÍS una fuente diplomática europea que sigue de cerca las negociaciones. "Han pedido matizaciones y aclaraciones que van a la sustancia del problema", añade, dando a entender que se trata de una postura razonable. "Queremos total claridad, detalles concretos y mapas precisos", manifestaba, por su parte, Saeb Erekat, el principal negociador palestino.En su carta de objeciones al Plan Clinton, los palestinos piden conocer los porcentajes exactos de territorio que van a pasar a controlar. De acuerdo con las filtraciones de las propuestas que se han conocido obtendrían la soberanía del 100% de Gaza (ya está bajo control de la Autoridad Palestina) y del 95% de Cisjordania. Sin embargo, y a falta de un documento escrito, las interpretaciones difieren.
Israelíes y palestinos tomaron nota a mano del texto marco que les leyó Clinton. No hay, pues, un borrador exacto de dichas propuestas. La mayoría de los datos que se conocen se han filtrado a través de la prensa israelí.
De acuerdo con esta versión, Israel lograría además un alquiler a largo plazo de otro 3% de Cisjordania y la anexión de otro 1% correspondiente a colonias judías de las afueras de Jerusalén. Eso dejaría a los palestinos con sólo un 91% efectivo. "En el mejor de los casos lograrían entre un 96% y un 97%; en el peor, un 88%. Es todavía una fluctuación muy amplia", admite un diplomático que participa en los esfuerzos para acercar a las dos partes. Además no está clara la porción del desierto del Neguev que los israelíes van a darles por la pérdida de territorio respecto a las fronteras de 1967.
Los palestinos también exigen un reconocimiento más claro de su derecho de retorno y que se incluyan compensaciones por las pérdidas de propiedad. Éste es uno de los puntos más conflictivos. De hecho, EE UU se sintió obligado ayer a difundir algunas aclaraciones ante las interpretaciones erróneas que estaban siendo difundidas. Su propuesta es que Israel reconozca "los daños emocionales y financieros" sufridos por los palestinos desde 1948, pero el acuerdo no les responsabilizaría de la situación de los refugiados.
"No estamos preparados para rebajar nuestras exigencias sobre los refugiados", declaró Erekat. Él, como el resto de los negociadores palestinos, insiste en que el problema de los refugiados se resuelva de acuerdo con las resoluciones de la ONU, que recogen el derecho de los palestinos expulsados en 1948 a volver a sus casas en lo que hoy es territorio israelí. Los expulsados en 1967, lo fueron de Cisjordania, y, en principio, no debería haber problema para su regreso a un Estado palestino, más allá de las compensaciones económicas. Cualquier fórmula que no recoja ese derecho histórico encontrará una fuerte oposición popular.Otras peticiones palestinas son que se reduzcan los plazos en las medidas de seguridad y poder disfrutar, como Israel, de continuidad territorial. En cualquier caso, fuentes palestinas admiten que "el entendimiento sobre dónde se encuentran [en el proceso negociador] está más claro que en Camp David". Un ejemplo de ese avance es Jerusalén. Las aclaraciones difundidas ayer por funcionarios norteamericanos dejan claro que la propuesta de Clinton "se refiere explícitamente a la soberanía palestina" sobre la Explanada de las Mezquitas, un aspecto que Israel no acepta. Ayer, el propio primer ministro israelí, Ehud Barak, aseguró que su país no cederá el control de la Explanada, aunque matizó que no se puede obviar la existencia de dos mezquitas en el lugar. Poco después le respondía un consejero de Arafat, Nail Abú Rudeina, en sentido contrario: aseguró que no firmarán ningún acuerdo donde no se contemple la soberanía palestina de todos los lugares santos, incluida la Explanada.
"Están más cerca de lo que lo estaban en Camp David", asegura un diplomático europeo que comparte esa opinión expresada por Clinton. No obstante, la fuente se muestra crítica con las prisas. "Se trata de un proceso histórico que lleva mucho tiempo; es un error poner de fecha tope el 20 de enero o el 6 de febrero", manifiesta en referencia al relevo presidencial en EE UU y las elecciones israelíes.
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