El Banco de España exige a Caja Carlet unos ajustes contables de 173 millones de pesetas
El Banco de España obliga a la Caja de Ahorros de Carlet, tras una inspección de dos meses, a realizar unos ajustes contables de 173 millones de pesetas por concentración de riesgos o contabilizaciones erróneas. Este reajuste, provisional hasta que el banco emisor cierre el expediente, se añade a los 63 millones de pesetas a los que Caja Carlet ha hecho frente este año para compensar las pérdidas del hospital de Alzira, donde entró con un 15% del capital de la mano de la Generalitat. La caja, presidida por José Cortés, dirigente de la agrupación local del PP, estudia la elaboración de un plan de viabilidad.
El Banco de España inició el pasado octubre una inspección rutinaria a Caja Carlet, una de las entidades de crédito más pequeñas del país, con 69 empleados y 19 oficinas concentradas en la comarca de La Ribera. La inspección detectó durante la revisión de las cuentas un desfase de 173 millones de pesetas por operaciones de riesgo asumidas por la caja y que no dotó debidamente, según fuentes de la entidad. El Banco de España ha calculado en unos 110 millones de pesetas las dotaciones por insolvencias pendientes. Unos 53 millones del total están relacionados con operaciones que Caja Carlet tiene con el grupo empresarial de Juan Bautista Renart, uno de los tres concejales socialistas tránsfugas que dieron la alcaldía de Carlet al PP en 1995. Los tres ediles, expulsados del PSPV crearon el grupo L'Olivera y uno de los tránsfugas, José Suey, fue recompensado con la presidencia de Caja Carlet. En los comicios municipales de 1999, el PP obtuvo la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Carlet, prescindió de L'Olivera y recuperó la presidencia de la caja de ahorros para el popular José Cortés. El grupo Renart ha conservado, sin embargo, sus relaciones con la entidad de crédito y, recientemente, el consejo de administración de la caja le concedió por 214 millones de pesetas la construcción de parte del vivero de empresas La Trilladora promovido por la Obra Benéfico Social de Carlet.
El Banco de España pide a la caja valenciana que eleve la dotación de insolvencias porque alguna de las empresas del grupo Renart arrastra pérdidas desde el año 1998.
Otros 30 millones de pesetas proceden de gastos contabilizados en la OBS cuando deberían registrarse con cargo a la caja, y el resto hasta completar los 173 millones de pesetas se refiere a valoraciones erróneas.
La situación económica de Caja Carlet, fundada en el año 1909, se ha deteriorado en los últimos ejercicios. En 1999, la entidad de ahorros cerró con unos beneficios de 178 millones de pesetas, aunque éstos cayeron un 20% con respecto a los del año precedente. En el ejercicio de 2000, las previsiones son más pesimistas y los responsables estiman que los resultados son negativos. Precisamente, uno de los datos más llamativos del balance de Caja Carlet es la caída del margen de explotación en un 400% en el primer semestre del año.
A los ajustes contables que exige el Banco de España se añaden otros 63 millones de pesetas que la caja de La Ribera ha dotado adicionalmente este año para compensar las pérdidas del hospital de Alzira durante los dos años que lleva en funcionamiento. La caja que preside el popular José Cortés está obligada -suscribió un 15% de las acciones del hospital de La Ribera- a enjugar las pérdidas del centro sanitario público que gestiona privadamente la sociedad Adeslas. Un riesgo, por otro lado, asumible para entidades del tamaño de Bancaixa o la Caja de Ahorros del Mediterráneo, titulares, cada una, de otro 15% del capital del hospital, pero insostenible para el balance de una entidad como Caja Carlet.
Los beneficios hasta octubre, antes de los ajustes contables derivados de la inspección del Banco de España, ascendían a unos 30 millones de pesetas. Esta situación fue objeto de debate en el último consejo de administración de la caja de ahorros, dado que el banco emisor exige, además de los ajustes contables, un plan de viabilidad que fortalezca la caja. En esta reunión se barajó un recorte de gastos a medio plazo de 200 millones de pesetas, que obligaba a prescindir de una parte del personal de la caja. Esta salida ha sido inicialmente descartada por los responsables de la entidad de crédito de Carlet.
El director de Caja Carlet, Alberto Miralles, en comunicación telefónica con este diario, precisó ayer que el Banco de España todavía no ha cerrado el expediente abierto a la caja de ahorros y, por tanto, nada es definitivo.
Preguntado por los ajustes contables que calculan los inspectores del banco emisor, Miralles aseguró que ésa era información confidencial. "No puedo confirmar ni desmentir", añadió. El director reconoció que parte de la caída de márgenes de la entidad de crédito se deben a algunas dotaciones pendientes.
Acerca de la elaboración de un plan de viabilidad para la caja de ahorros, Miralles apuntó: "En función de cómo quede el acta [del Banco de España], el consejo deberá adoptar medidas".
Los responsables de Caja Carlet tienen pendiente una reunión con el Banco de España donde se abordará el contenido del expediente y las medidas necesarias para salir al paso de la situación. Este encuentro no tiene fecha todavía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.