La Generalitat y la entidad de ahorro barajan como salida a la crisis su integración en Bancaixa o la CAM

La Generalitat conoce la situación de Caja Carlet y ha adoptado medidas para salir al paso de la situación, según fuentes conocedoras de estas gestiones. Una vez el consejo de administración de la Caja de La Ribera desestimó, al menos temporalmente, un plan de saneamiento con importantes recortes de personal, el siguiente paso es asegurar el futuro de una de las cuatro cajas de ahorros valencianas, fundada a principios de siglo por el notario Juan Vicente Mora Berenguer y un grupo de personalidades de la localidad, como instrumento financiero para la comarca de La Ribera.La Caja de Ahorros del Mediterráneo, CAM, sería, de acuerdo a sus planes de expansión, la entidad más interesada en el proceso, dado que la fusión por absorción de Caja Carlet le proporcionaría una veintena de oficinas de golpe en la comarca valenciana de La Ribera, territorio considerado como mercado natural de Bancaixa.

Esta última entidad, por su parte, guarda un mal recuerdo de sus intentos de aproximación a Caja Carlet, con la que intentó fusionarse en dos ocasiones sin que estas operaciones llegaran a materializarse. El primer intento data de julio de 1989, cuando los consejos de administración de Caja Valencia y Caja Carlet dieron el visto bueno a la operación tras un proceso de negociaciones que se prolongó durante cuatro días. La entidad de La Ribera abandonaba la entonces Corporación Valenciana de Cajas, una plataforma de servicios creada por las entidades crediticias valencianas más pequeñas.

La sorpresa fue mayúscula cuando la asamblea general de Caja Carlet, reunida el 25 de septiembre de 1989, rechazó su integración, debido a la división de socialistas y a la oposición del PP y de los representantes de la Unitat del Poble Valencià (UPV) en la caja de La Ribera. El segundo intento se produjo en el año 1993 y tampoco acabó en acuerdo. Posteriomente hubo contactos, también frustrados, con Caja Murcia y Unicaja.

Venta de acciones

Bancaixa cuenta con una red propia en la comarca de La Ribera y la absorción de la entidad de Carlet le conduciría al solapamiento de algunas oficinas. Por otro lado, la caja presidida por Julio de Miguel valoraría la operación para evitar que la caja con sede en Alicante se convierta en su principal competidora en este mercado. Otra salida posible sería que Caja Carlet se desprendiera de su porcentaje accionarial en el hospital de La Ribera, estimado en un 15% del capital. También existen contactos al respecto, pero no hay una decisión tomada, no al menos hasta que el Banco de España cierre definitivamente su expediente. Entre las opciones que se han barajado figura que el resto de accionistas del centro médico -Adeslas tiene un 51%, Dragados, un 2%; Lubasa, otro 2%; y Bancaixa y la CAM otro 15%- se repartan la participación de Caja Carlet.

El hospital de La Ribera cerró el año pasado con unas pérdidas cercanas a los 200 millones de pesetas y aunque este año se reduzca la cuantía, el resultado se prevé negativo. En estas circunstancias, Caja Carlet, según coinciden la Generalitat y los responsables de la propia entidad, por su dimensión, no puede participar en un centro que el Gobierno del PP ha convertido en modelo de su política sanitaria.