Schröder quiere un plazo de siete años para la libre circulación de trabajadores
El canciller alemán, Gerhard Schröder, puso ayer por primera vez sobre la mesa sus propuestas prácticas para negociar la ampliación de la UE, y se pronunció por un periodo transitorio de siete años para la libre circulación de trabajadores y por el establecimiento de limitaciones para servicios como la construcción y la artesanía. Además pidió un mayor margen de maniobra nacional para las ayudas públicas a las regiones, un punto que, según observadores europeos, podría entrar en conflicto con las normas que regulan la competencia en la UE. "El derecho de ayuda europeo no debe impedir a los Estados miembros apoyar con sus propios medios de fomento el desarrollo de sus regiones fronterizas", dijo Schröder. El canciller eligió Oberpfalz, una zona del land de Baviera limítrofe con la República Checa, para abordar los aspectos prácticos de la ampliación. Baviera, una de las regiones ricas de Alemania, espera beneficiarse de un plan para fomentar la capacidad competitiva de las regiones fronterizas de la UE, que la Comisión Europea debe presentar en primavera. La idea fue propuesta en la reciente cumbre de Niza, a instancias de Alemania y Austria. En la ciudad bávara de Weiden, Schröder dijo ayer que su Gobierno vigilará que las medidas nacionales y europeas de política económica, de mercado laboral y estructural queden engranadas estrechamente en beneficio de las zonas fronterizas. Para potenciar estas regiones existen hoy en la UE los fondos estructurales y la iniciativa Interreg, señaló el canciller, quien, sin embargo, dijo haber abogado en Niza a favor de que la UE "desarrolle su compromiso con las regiones fronterizas". El líder alemán no especificó cuál sería la repercusión de este desarrollo en las finanzas de la UE.
Schröder invocó la experiencia del ingreso de España y Portugal para proponer un plan de cinco puntos que limitaría de forma "flexible" la libre circulación de trabajadores de los países nuevos y la adecuaría a las necesidades demográficas y de mano de obra de Alemania y los otros países "viejos" de la UE. El plazo general sería de siete años. Este periodo podría recortarse en el caso de países concretos y se revisaría mediante una inspección a los cinco años. "A petición" de "candidatos apropiados", y dadas las "condiciones", se podrían eliminar las limitaciones antes de que se cumpla el periodo transitorio. En caso de que haya "falta de mano de obra general y especializada en los viejos Estados miembros", éstos podrían facilitar la libre circulación de acuerdo con el "derecho nacional" durante el periodo transitorio. Paralelamente, durante el plazo se introducirían limitaciones para algunos servicios, especialmente en la construcción y en la artesanía.
Schröder dijo que pensaba concertar su plan con los demás miembros de la UE, con el comisario Günter Verheugen y con los países candidatos, y señaló que éste tiene en cuenta tanto los intereses de los aspirantes, que no querrían perder mano de obra cualificada, como los de las naciones más veteranas. Sin embargo, la referencia a las posibilidades de usar el derecho nacional en caso de falta de mano de obra especializada en los viejos Estados miembros hace pensar que los intereses de éstos tienen prioridad. Las previsiones demográficas alemanas prevén un descenso de la población en edad laboral que hará necesaria la emigración a partir de 2010. A la vista de la existencia de 3,8 millones de parados hoy, "la capacidad de acogida del mercado de trabajo alemán estará limitada aún largo tiempo", dijo Schröder.
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