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MONUMENTAL DE MÉXICO

Costalazo tras costalazo

Hermoso y Garibay

Durante toda la tarde, costalazo tras costalazo. Eso fue la característica de la bueyada de Carranco por más esfuerzo que hicieron los diestros para que las inválidas reses, de las cuales el tercero y sexto parecían novillos y el resto utreros, se sostuvieran en pie.Finito de Córdoba rítmicamente veroniqueó al que abrió plaza. A pesar de que en su trasteo le presentó la muleta a buena altura para que el adversario no se echara, no lo consiguió, pues el animal dobló las manos cinco veces. Aunque el antagonista, además de calamochear, punteaba, después de mucho batallear, Finito le enjaretó una bella serie de acompasados naturales.

Carranco / Finito, Sanromán, Jerónimo

Toros de Carranco, chicos, inválidos, pitados por descastados, mansos e insípidos. Finito de Córdoba: pinchazo y estocada tendida (aplausos y salida al tercio); estocada corta y seis descabellos (pitos). Óscar Sanromán: estocada (oreja); estocada desprendida (oreja). Jerónimo: pinchazo, estocada caída, descabello -aviso- y cuatro descabellos (aplausos y salida al tercio); estocada caída (palmas). Monumental Plaza México, 17 de diciembre. Pésima entrada.

El cuarto era un ratón que, por lo escuálido y feo, provocó una protesta general que duró toda la lidia. A la falta de presencia se sumaba su falta de vigor, pues también dobló las manos cinco veces. Por todo lo anterior, el público no prestó atención a la labor de Finito, al que la galería le gritó "novillero, novillero". Aunque al final trazó una tanda de cadenciosos naturales, esto no fue suficiente para acallar las protestas.

Con decisión, Óscar Sanromán veroniqueó al segundo y se arrimó en su quite por escalofriantes gaoneras. El mérito de su faena fue que, a pesar del cabeceo del distraído bovino y de la interrupción por sus dos caídas, consintiéndolo, le enjaretó una serie de limpios derechazos en los que corrió la mano con temple y dominio. Coronó su esmerado toreo haciendo la cruz a la hora de la verdad.

Con el quinto, que de salida saltó al callejón hiriendo en la cara al puntillero José Luna, Sanromán se embarulló con la capichuela. Cubrió el tercio de banderillas, ahora sí, con acierto, pues en su primero sólo un par le quedó en buen sitio. Su trasteo al gazapón cornúpeta que dobló dos veces las manos lo inició con pases rápidos y sin estética, pero al final realizó una tanda de derechazos con aguante. Dejó el acero hasta la bola.

Jerónimo, meciéndose, dibujó las verónicas con que saludó al fijo tercero y su toreo barroco prevaleció a lo largo de su artístico trasteo. En los redondos llevó metido en la franela al aplomado ejemplar que visitó la arena tres veces, al que le enjaretó una serie de sentidos naturales.

Cargando la suerte veroniqueó al sexto, que no infundía respeto y, en el último tercio, luchó para sacarle recorridos al marmolillo, que se echó dos veces. Cuando logró que la res acometiera, sus muletazos fueron de gran intensidad.

La afición no se explica cómo el juez de plaza, Heriberto Lanfranchi, autorizó el encierro, indigno de cualquier plaza y, sobre todo, de la Monumental de México.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el diestro Ignacio Garibay triunfaron en la corrida de Zacatecas (México), informa Efe. Se lidiaron toros de Malpaso. Zotoluco, ovación en los dos. Garibay, dos orejas y aplausos. Hermoso, ovación y dos orejas.Orizaba (México). Toros de Tequisquiapan. Curro Rivera, ovación y aplausos. Rafael Ortega, ovación y palmas. El Zapata, palmas y oreja.

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