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Los toxicómanos 'sin techo' tendrán desde enero un centro de acogida por las noches en Bilbao

Naiara Galarraga Gortázar

Los sin techo más desamparados, toxicómanos marginales que ni quieren ni pueden someterse a las reglas de los albergues, tendrán un lugar adonde acudir por las noches en Bilbao a partir de mediados o finales de enero. Será un centro de acogida nocturno ubicado en el deprimido barrio de Bilbao La Vieja, donde regirá una normativa mínima. "Lo único que vamos a pedir es que la gente no consuma, no trapichee ni tenga comportamientos violentos", explica un representante de Cáritas, la organización que ha comprado el local y lo gestionará en solitario.

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80 posibles usuarios

El centro que abrirá Cáritas Diocesana está pensado en principio para persona desarraigadas de sus familias que viven en la calle y que "mantienen consumos activos", es decir, que siguen enganchados a la heroína, cocaína o cualquier otra sustancia tóxica, explica el responsable de la iniciativa, Fernando Madoz. Las reglas de funcionamiento del local incluyen la prohibición de inyectarse. Tampoco habrá, por el momento, intercambio de jeringuillas usadas por nuevas.La apertura de dos centros de baja exigencia, uno de día y otro de noche, fue una de las cuestiones barajadas en la gestación del Plan de Rehabilitación de Bilbao La Vieja. El asunto está también contemplado en el pacto de gobierno suscrito entre el PNV-EA e Iniciativa Ciudadana Vasca (ICV).

Cáritas abrirá su centro nocturno de acogida en enero. Esta asociación, dependiente de la Iglesia católica, ha comprado el local y lo gestionará en solitario ante la ausencia de compromisos concretos por parte de las instituciones, aunque el Ayuntamiento de Bilbao había mostrado su interés, según Madoz.

El centro nace para contribuir a la mejora de la calidad de vida de los usuarios. Allí recibirán una atención básica, serán atendidos por dos enfermeras y cuatro educadores. Este personal estará allí para acompañarles, darles atención sanitaria básica si es necesario y derivarles a otros servicios sociales o sanitarios. Cáritas estudia coordinar los tratamientos que sean necesarios con la ONG Médicos del Mundo, que tiene una consulta en el barrio, y con Osakidetza, explica Madoz.

Cáritas estima que en Bilbao viven entre 70 y 80 toxicómanos sin techo. El local, que ocupa 170 metros cuadrados, puede albergar entre 25 y 30 personas simultáneamente, según los promotores. Su apertura está pendiente de que concluyan las obras y el personal sea seleccionado.El centro estará abierto desde las nueve y media de la noche aproximadamente, hora a la que cierran los centros de día y los comedores sociales, hasta las siete y media de la mañana. Sus responsables prefieren no hacer pública la ubicación concreta. La única precisión que dan es que es en un lugar de Bilbao La Vieja "donde no viven vecinos".

Los usuarios tendrán allí una serie de servicios básicos. Las dos camas que habrá serán sólo para casos de emergencia; también se instalarán mesas, sillas, duchas, lavadora y secadora. Los sin techo también podrán tomar leche, café, galletas y fruta, un alimento prácticamente inexistente en la precaria dieta de este colectivo.

La idea de abrir en Bilbao un centro de acogida nocturno, a semejanza de los que ya existen en Barcelona y Madrid, viene de 1998. Aunque en algún momento se ha hablado de la posibilidad de abrir en Bilbao una sala de venopunción o narcosala -un lugar donde los toxicómanos puedan inyectarse en condiciones higiénicas-, en este momento nadie se plantea poner en marcha un espacio de este tipo a corto plazo. Madoz asegura que la amplia cobertura de los tratamientos con metadona hace que el panorama sea en Euskadi muy diferente al de Madrid o Barcelona.

Cáritas pensó abrir este centro al comprobar que el colectivo de los toxicómanos que viven en la marginalidad absoluta y se niegan a seguir ningún tratamiento para desengancharse carecían de cualquier atención por las noches ni tenían un lugar adonde acudir. Los soportales de La Naja, junto a la ría, es uno de los lugares donde se suelen congregar. El Ayuntamiento les desalojó de allí hace un año pero, como no les ofreció un lugar alternativo, han regresado.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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