La Xunta culpa a los ganaderos del retraso en la recogida de reses muertas

El Gobierno gallego pasó ayer por alto las numerosas denuncias sobre el abandono de reses muertas en fincas particulares y descargó en los ganaderos la responsabilidad por los retrasos en su recogida. El consejero de Agricultura de la Xunta, Castor Gago, insistió en asegurar que su comunidad autónoma, en la que aparecieron los dos primeros casos de vacas locas en España, es la que está haciendo un mayor esfuerzo para el control y la prevención de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), y puso como ejemplo que el 50% de todas las muestras enviadas para el análisis al laboratorio de referencia de Zaragoza procede de Galicia.La aplicación de la directiva comunitaria que obliga a incinerar y someter al análisis de la EEB a todas las reses muertas en las explotaciones está dejando en entredicho las medidas adoptadas por la Xunta para hacer cumplir esa norma. Desde la pasada semana, numerosos ganaderos han denunciado que los cadáveres de las vacas permanecen varios días tirados en los establos o en las fincas antes de que los servicios del Gobierno gallego pasen a recogerlas. Este periódico comprobó el caso de un ganadero de la provincia de A Coruña al que no se le recogió hasta ayer una res fallecida el pasado día 3, pese a que la muerte había sido comunicada inmediatamente.

A pesar de esos casos, el consejero de Agricultura proclamó ayer que la recogida de reses está funcionando "correctamente" y que desde el 1 de diciembre ya se han trasladado 250 a la planta incineradora. Los retrasos, según Castor Gago, son achacables a los ganaderos, que tardan en comunicar a la Administración la muerte de sus reses y en muchas ocasiones no ofrecen una información completa que permita identificar sus explotaciones.

Gago confirmó que en Galicia hay en estos momentos 51 explotaciones inmovilizadas por la muerte de vacas en circunstancias sin determinar o el hallazgo de reses con síntomas compatibles con la EEB.