Un marchante holandés paga por un 'rembrandt' la cifra récord de 5.300 millones
Vendida por 24 millones en Nueva York una carta de Van Gogh sobre su estado mental
El marchante holandés Robert Noorman pagó ayer 5.300 millones de pesetas por Retrato de una dama, de Rembrandt, porque, según explicó, se enamoró de ella. La elevada cotización, la más alta recaudada en subasta por una obra del maestro holandés del XVII, se consiguió tras una trepidante puja en la sala de Christie's en Londres. Ayer también se vendió por 24 millones de pesetas, en Sotheby's de Nueva York, una carta de Van Gogh redactada poco después de cortarse la oreja, en la que plantea sus dudas sobre su estado mental.
"¿Estoy loco o no?"
"Está claro que la mujer de la pintura debió de ser alguien que Rembrandt quería de verdad. Es tan íntima, expresa tal sentimiento, que te enamoras de ella nada más verla", dijo el marchante con orgullo. Con su inversión, se supera la marca previa de Rembrandt -1.700 millones de pesetas por Hombre barbudo con abrigo rojo, vendido en Sotheby's de Nueva York en 1998- y el retrato pasa a ser la segunda obra más comercial de un maestro clásico. Únicamente Retrato del duque Cosimo I D'Medici, de Jacobo Pontormo, cambió de manos por una cifra más elevada que la ofrecida ayer en Londres.El empujón de Noorman ayudó a Christie's a batir su marca, con una recaudación de casi 16.000 millones de pesetas en subastas de los viejos maestros. "Se debe", dijo el presidente de la compañía, lord Charles Hindly, "a una combinación de alta calidad y rareza de los trabajos que hemos ofrecido". El 80% de los lotes vendidos se repartieron entre inversores y coleccionistas europeos.
Entre ellos destacó La huida a Egipto, de El Greco, que se vendió por 350 millones de pesetas. El lienzo se data en torno a 1570, cuando el artista viajaba por Venecia antes de asentarse en España para trabajar en la corte de Felipe II. La documentación del cuadro se remonta al siglo XVII y a la herencia del sexto marqués de Carpio. La huida de Egipto, con una iconografia centrada en San José, la Virgen y el Niño Jesús, es considerada por los expertos como una obra "intensa, íntima y humana". Gran parte de la subasta de ayer, incluido el valioso rembrandt, procedía de la colección personal de la difunta baronesa Batsheva de Rothschild. Sus herederos recaudaron ayer más de 8.000 millones de pesetas, incluidas las tasas destinadas a Christie's.
Entre otras estrellas de la jornada, destacaron The Campo Santi Giovanni e Paolo... , de Canaletto, que se subastó por 2.110 millones de pesetas, el doble de las estimaciones iniciales. Los cuatros elementos, de Fragonard, fue a parar a un particular europeo por menos de mil millones. Y, entre otros, un lienzo de Watteau, con una escena de los artistas de la Comedia del Arte, de la colección personal de la baronesa Rothschild, se vendió por 660 millones de pesetas.
"¿Estoy loco o no?, ¿o he estado loco, o sigo loco, o es una imaginación mía?". Estas dudas de Vicent van Gogh sobre su estado mental, reflejadas en una carta después de que se cortara la oreja en una noche de Navidad de 1888, fueron vendidas ayer en la sucursal de Sotheby's en Nueva York por 126.750 dólares (unos 24 millones de pesetas). Es una de las escasas misivas del pintor que ha alcanzado el mercado de las subastas en los últimos años. Van Gogh ha dejado constancia de sus sufrimientos internos y dudas artísticas en la amplia correspondencia que mantuvo con su hermano Theo. El artista también compartió con muchos de sus amigos los tormentos que le causaba su vocación de pintor, aislado en el anonimato y la miseria. La carta vendida ayer, de las pocas que acceden al mercado de subastas y una de las pocas en las que Van Gogh se refiere directamente a su mutilación, fue escrita en enero de 1889, poco después del incidente. Está dirigida a uno de sus colegas holandeses, el pintor Arnold Köning. No se conocen detalles del comprador.
De vuelta a su humilde casa de la Place Lamartine, tras permanecer unos días en el hospital psiquiátrico de la localidad, Van Gogh describe así lo sucedido el "ataque que tiene algo que ver con mi cerebro, o quizás una fiebre que casi ha pasado completamente".
"En cuanto a las causas o las consecuencias de dicha enfermedad", prosigue, "creo que debería ser lo bastante sabio como para dejar este problema a los catecistas holandeses que dilucidarán si estoy loco o no, si he estado loco o no he estado loco o es una imaginación mía". La carta hace referencia también a las dudas místicas del pintor que antes de dedicarse al arte, pensó en hacerse pastor.
A continuación describe con detalle y obsesión las obras que tiene pendientes. "Tengo en mi caballete el retrato de una mujer que llamo La Berceuse (...). Es una mujer con un vestido verde, su pelo es bastante naranja y su tez es amarilla". En su correspondencia, Van Gogh sentía con frecuencia la necesidad de dar muestras de su productividad, sobre todo a su hermano Theo, del que dependía económicamente.
Esta carta es muy distinta a otra que debía subastarse ayer en Sotheby's y que al final no consiguió comprador, también dirigida a Köning y en la que Van Gogh, en el verano de 1888, cuenta con júbilo su llegada a Arlés procedente de París. "Es bueno para mi salud andar y trabajar al aire libre".
Siete meses después se cortaba la oreja.
Babelia
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