"¿En qué barrio ha sido?"

Cerdanyola se despertó ayer con la noticia de que la Legionella, bacteria que últimamente ha cobrado infausta fama tras los casos que se han producido en la Barceloneta y antes en Alcoy y Vigo, había afectado a tres vecinos de la ciudad. Fueron los medios de comunicación los que dieron la noticia a una población que lo primero que preguntaba era: "¿En qué barrio ha sido?".Dos de los tres afectados son vecinos y viven en el complejo residencial Cerdañola 2000, información que el Ayuntamiento no ha querido confirmar. Pero la tercera persona, la más grave, vive a más de un kilómetro de los anteriores. Por ello, el consistorio insiste en no dar publicidad a los lugares de residencia de los afectados y muestra empeño en destacar que se recogen muestras en todos los lugares que pueden ser foco de infección. Se ha recorrido "toda la ciudad", afirma la alcaldesa, Cristina Real, del PSC. "En 8 o 10 días habrá resultados", asegura.

Se han recogido muestras de siete empresas, de fuentes y aspersores, de pozos y de torres de refrigeración. El martes al mediodía la Dirección de Salud Pública dio la voz de alarma al Ayuntamiento: se habían detectado ya tres casos en esta población, de 54.000 habitantes, que lleva años luchando contra la etiqueta de ciudad dormitorio y en cuyo término se halla la Universidad Autónoma de Barcelona. En el municipio queda poca industria, la mayoría del sector del metal, y su principal actividad económica son los servicios, pese a que quiere convertirse en abanderada de las industrias de nuevas tecnologías.

De momento, según el consistorio, todo parece indicar que se trata de "un brote limitado". Tan sólo se ha podido establecer una relación entre los dos primeros casos, al vivir a pocos metros un enfermo del otro. El tercero está pendiente del resultado de la encuesta epidemiológica. El primer afectado, un hombre de 67 años, ingresó el 25 de noviembre en el Hospital General de Cataluña y será dado de alta este fin de semana. El segundo, de 47 años, que ya fue dado de alta el pasado día 7 tras ser sometido a un tratamiento antibiótico, ingresó en el hospital Parc Taulí de Sabadell el 29 de noviembre. El último paciente, el más grave, un hombre de 62 años, ingresó el domingo en la UCI del Parc Taulí con una neumonía grave e insuficiencia cardiaca. Según fuentes hospitalarias, evoluciona favorablemente.

Las mismas fuentes insisten en la necesidad de evitar el alarmismo. El año pasado, en este mismo centro se detectaron 17 casos de legionelosis; este año, de momento, sólo se han diagnosticado cinco. Según el director del Programa Asistencial de Patologías, Ferran Segura, "es siempre en el último trimestre cuando los casos son más frecuentes". Segura destaca que con las pruebas actuales cada vez son menos los casos de legionella que pasan inadvertidos. Pese a todo, las pruebas para detectar si se trata de un caso de legionelosis se realizan cuando "no se tiene un diagnóstico alternativo y el enfermo empeora, pero puede ser que haya casos de neumonía que pasen desapercibidos al ser poco importantes", apunta Segura.

Tampoco los ciudadanos de Cerdanyola se mostraban demasiado preocupados por la aparición de los tres casos. "Sólo son tres; si empiezan a hablar más, comenzaré a preocuparme", decía ayer una vendedora de la Fira de Santa Llúcia. Pero si la pregunta del millón era en qué barrio habían aparecido los casos, lo que más preocupaba a los ciudadanos de Cerdanyola era saber cómo se transmite la enfermedad. La alcaldesa ha querido dejar claro que la bacteria "ni se transmite de una persona a otra ni está en el agua, sino que se inhala". De momento el consistorio está "tranquilo y vigilante", y espera poder "resolver los problemas en colaboración con la Generalitat", señala Cristina Real.

Pese a la prudencia del Ayuntamiento, una vecina decía: "Ya averiguaremos de dónde ha salido la infección. Esto es un pueblo". Y es que, a pesar de la aparente despreocupación de la población, lo cierto es que ayer la legionella era tema de conversación en la ciudad.