Movilización y presión institucional
El futuro de Diz
El portavoz socialista en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, atribuía, con cierto aire de triunfalismo, días atrás, el cambio de actitud de José María Aznar al expresar al menos su deseo del traslado del Tireless, a la acción de los distintos grupos de la oposición en la Cámara. Una presión que, anunciaba, se va a redoblar esta semana con la proposición no de ley que van a presentar para que el Gobierno de la Nación reclame, ya oficialmente y de una vez por todas, a Gran Bretaña la marcha del sumergible.Marín venía a decir que el horizonte parlamentario que aguardaba al PP, al quedar seguramente una vez más aislado en este asunto, es lo que en definitiva habría obligado al Ejecutivo a cambiar de táctica. Luego, con el paso del tiempo, se ha comprobado que no ha habido modificación alguna. Es más, insisten, de forma sumisa, en señalar que lo mejor es que se repare en Gibraltar, tal y como prefieren las autoridades británicas.
Está claro, por tanto, que al PP parece no inquietarle mucho quedarse solo en el Congreso de los Diputados, donde, no se olvide esto, tienen mayoría absoluta. Sólo la presión ciudadana y, en menor grado, la presión institucional que han ejercido hasta ahora los ayuntamientos de la comarca y la propia Junta de Andalucía, provocan algo de inquietud a nuestros gobernantes, máxime cuando este malestar comienza a reflejarse en las encuestas.
En cualquier caso, haga lo que haga el Gobierno de José María Aznar en relación a este asunto, será ya siempre a remolque de lo que marque la ciudadanía. Ha perdido la iniciativa y el PP andaluz, por su parte, la oportunidad de redefinir espacios propios para marcar algunas distancias y tomar posición más cerca de las preocupaciones de su entorno, asumiendo así, sin matizaciones posibles y de forma abierta, la reclamación para que se lleven el Tireless y cuanto antes mejor.
Si estos días no han tenido remilgos los dirigentes populares en encabezar una manifestación de los pescadores de Barbate reivindicando la renovación del acuerdo entre la UE y Marruecos, y posicionándose así en contra de la reconversión que anuncia el propio Gobierno de Madrid, nada les impide integrarse plenamente y al más alto nivel en las movilizaciones que contra el submarino se van a volver a convocar en los próximos días en el Campo de Gibraltar. Además, este mismo miércoles, tienen la ocasión de sumarse a la propuesta de resolución que se presentará en la Cámara andaluza planteándose la marcha de esta maldita nave.
Sería todo un gesto de la mayoría de edad de la organización popular andaluza, tal y como, por ejemplo, han hecho en Málaga, donde el PP se ha unido a las críticas hacia la política presupuestaria y cultural del Gobierno central para con la capital de la Costa del Sol.Pero la semana dará para más, como puede ser la caída de la hasta ahora portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Diz, a quien no le ha servido de nada el apoyo expreso de la ex alcaldesa Soledad Becerril. Y también dará para conocer cómo va a digerir el consejero de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña, su derrota, por la mínima, pero derrota, en el congreso de los socialistas onubenses. Su sorprendente entrada en esta pelea, a pesar de la desaprobación de Manuel Chaves, sólo se explica si se tiene en cuenta el miedo al vacío que puede tener un político como éste, cuyo nombre siempre figura en las quinielas de los afectados en un hipotético cambio de Gobierno.
Aunque lo más interesante está aún por suceder, como puede ser comprobar el grado de control que tiene José Caballos en el PSOE sevillano, la salida que se encuentra a la compleja situación de los socialistas malagueños, el grado de retirada efectiva de la lucha local de Alfonso Perales y Luis Pizarro en Cádiz, la influencia que aún puedan tener Javier Torres Vela y Manuel Pezzi en Granada y comprobar cómo José Mellado colabora para encontrar una solución definitiva en el PSOE cordobés.
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