Una reforma educativa incompleta

Gran publicidad se ha dado al acuerdo entre el Ministerio de Educación y las autonomías sobre la nueva reforma educativa, primero de forma experimental y luego, como todos sabemos, legislando.Desde entonces también se habla en medios oficiales del fracaso escolar. La cifra dada por el Ministerio de un 40% de adolescentes que no alcanza la titulación en la ESO muestra que la LOGSE no alcanza su objetivo, pese a la promoción casi automática de curso que se hace con los alumnos.

El Ministerio se centra en cifras, pero opino que el problema grave no es el del número de jóvenes que no terminan sus estudios, sino el del aprovechamiento que se hace del sistema educativo por parte de la juventud y la preparación real que éstos adquieren para la vida y el trabajo futuro.

Me parece bien la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años, pero considero absurdo, que esta enseñanza tenga una vía única y se intente obligar a todos los jóvenes a aprender un conjunto de materias comunes que ocupan casi todo el tiempo escolar, sin tener en cuenta que a parte notable de estos jóvenes no les interesan estas materias y sí, por el contrario, se sienten atraídos desde los 12, 13 o 14 años por aprender algún oficio manual.

¿Se preocupan la ministra y los consejeros de saber cuántos adolescentes quieren ser carpinteros, fontaneros, herreros, peluqueros, camareros, camioneros, albañiles...? Los planes que hacen no contemplan esta realidad. Por el contrario, para estos alumnos ahora habrá más Matemáticas, más Lengua, y más fracaso.

Desde el punto de vista, de los alumnos que continúan estudios en Bachillerato, escucho un comentario unánime: en la ESO se pierde mucho tiempo en asignaturas que no tienen continuidad en el Bachiller, tiempo que se quita a las materias que en realidad les importan.

Mantener un sistema de promoción casi automática hasta 4º de ESO no es garantía ninguna de que las materias en que se quiere ahora hacer más hincapié vayan a asimilarse en general mejor. Hay un porcentaje nada desdeñable de alumnos que promocionan de curso por imperativo legal teniendo suspensas desde dos hasta nueve asignaturas, normalmente las instrumentales entre ellas. Con el aumento de horas de las asignaturas instrumentales en el primer ciclo se pretende aumentar los contenidos, lo que no va a ayudar a los alumnos con retraso a alcanzar los nuevos niveles exigibles.

En lo referente a Matemáticas, y como catedrático que soy de esta asignatura, opino que la división de las matemáticas en bloques de materias no es más que un cambio de títulos que no va a cambiar las esencias.

La superación del fracaso escolar debe comenzar por un cambio más profundo de los planes de estudio: iniciar aprendizajes de oficios a partir de los 13-14 años; exigir el aprobado en la casi totalidad de asignaturas para promocionar de curso; reducir el número de asignaturas según la vía de estudios que se vaya a proseguir; organizar posibilidades eficientes de reciclado mediante la extensión de la enseñanza de adultos. - . Catedrático de Matemáticas IES San Blas.