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Consideraciones sobre el Plan Eólico

Recientemente ha acabado el periodo de exposición pública del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana. La Plataforma Rural, aglutinando a un sector importante de colectivos y personas que trabajan en o por el mundo rural, ha efectuado una serie de alegaciones. Éste es el sentido de las mismas.Hace pocos días (EL PAÍS, 2 de noviembre) se ha hecho público un preocupante informe sobre el cambio climático elaborado por la Unión Europea. El panorama que dibuja para dentro de 20 años en nuestro territorio es alarmante: más sequía, más incendios, mayor erosión, clima más imprevisible y el agravamiento de otros problemas ambientales. El consenso al respecto de los científicos de todo el mundo es cada vez mayor y no deja ya dudas. Alegar aún que el cambio climático no está claro, resulta ya insostenible.

No se habla de 100 años, sino de dos décadas. Muchos de nosotros vamos a sufrir estos efectos y las generaciones más jóvenes (no nuestros nietos, sino los escolares actuales) van a crecer al ritmo de un problema que irá en aumento. Esto significa que dentro de muy poco vamos a comenzar a padecer limitaciones importantes, que nos van a costar mucho (económica y humanamente) paliar. Además, muchos de los cambios serán irreversibles, no podremos revertirlos jamás. Finalmente, incluso adoptando entonces medidas drásticas y caras (mucho más que ahora), es posible que no puedan evitar el agravamiento para los años siguientes, por no haber hecho ahora (y ayer) lo necesario.

Sin embargo, la administración manifiesta una irresponsabilidad al respecto totalmente inaceptable. No está tomando medidas serias para evitar esta situación sobradamente anunciada. En la presentación del Plan Eólico, dos consejeros destacaron que con este plan se evitará la emisión anual de 3,2 millones de toneladas de CO2 además de otros gases contaminantes. Hay que decir que esto es falso. El plan no contiene ningún mecanismo para fomentar la substitución de las energías contaminantes, para racionalizar el consumo, aumentar la eficacia energética y reducir (o al menos estabilizar) la demanda. Al contrario, da por sentado que el consumo energético se incrementará. En ese escenario, los parques eólicos poco harán por evitar el cambio climático.

Por eso reclamamos urgentemente ese tipo de medidas, además del desarrollo de otras formas energéticas alternativas, como la solar y las pequeñas instalaciones eólicas (además de los parques) en el ámbito de un plan energético valenciano que aborde la problemática globalmente. Sin todo esto el plan es solo un parche.

Otras alegaciones que hemos presentado van destinadas a preservar adecuadamente los ecosistemas valiosos. El plan excluye de la instalación de parques (de manera acertada) algunas áreas ecológicamente importantes, pero olvida otras igualmente valiosas (o incluso más, en algún caso). Por ejemplo, los lugares de interés comunitario (LIC), que formarán parte de la red Natura 2000, según la directiva europea de hábitats. Éstos deben protegerse pese a no estar aprobados formalmente (por desidia de la administración, no por falta de valor objetivo). Por este motivo, hemos añadido como zonas a excluir algunos parajes sumamente valiosos desde el punto de vista ecológico.

Que nadie piense, sin embargo, que esto equivale a dejar el territorio valenciano sin lugares donde instalar parques. Aún retirando estos parajes valiosos queda, en casi todas las zonas previstas por el plan, territorio suficiente para instalar el número máximo de torres (aerogeneradores) previstas, pese a que el plan descarta de entrada (sin justificación documental) todas las zonas litorales y prelitotales (donde tal vez pudiera instalarse una parte de los parques previstos).

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Éste es otro déficit profundo del plan: no demuestra ni justifica de ninguna manera las mediciones en que se basa para declarar aprovechables eólicamente unas zonas y no aprovechables otras. Es necesario conocer esos datos (nos tememos que no existen mas que de manera muy fragmentaria) para poder valorar adecuadamente el plan (si no, ¿para que sirve la exposición pública?)

Otras alegaciones son para reclamar mayor participación democrática. Pedimos que se amplíe el periodo de exposición (sumamente breve para la extensión y complejidad del plan). Denunciamos la ausencia de diálogo y de consenso previo, al tiempo que lo reclamamos otra vez (más vale tarde que nunca) y proponemos medidas como la participación de pequeñas empresas, cooperativas y ayuntamientos en la adjudicación de los parques. Pedimos comisiones de supervisión y mecanismos de control para evitar que las grandes empresas eludan la correcta realización de las medidas correctoras y compensatorias.

En definitiva, queremos y reclamamos la energía eólica, pero la queremos con las mejores garantías para impedir daños innecesarios a los ecosistemas y que sirva de verdad para evitar el cambio climático, no para que unas pocas grandes empresas hagan un nuevo negocio sin afrontar los graves problemas ambientales que suponen las energías contaminantes.

Carles Arnal es miembro de Acció Ecologista-Agró y secretario de la Plataforma Rural del País Valencià.

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