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La huelga de médicos afectó sobre todo a los centros concertados

Miquel Noguer

La huelga se saldó sin problemas. La protesta de tres horas que ayer efectuaron los médicos catalanes para pedir mejoras en la sanidad pública tuvo una incidencia muy irregular y sólo afectó a los centros concertados. En los grandes hospitales, en cambio, el seguimiento fue minoritario, igual que en la mayor parte de los centros de atención primaria. Los dos sindicatos convocantes calificaron la huelga de "éxito", mientras que Sanidad la tachó de "testimonial".

Acuerdo incumplido

La huelga fue convocada para pedir mejoras en las condiciones laborales y más inversiones en la red sanitaria pública. La mayor parte de los pacientes que ayer acudieron a un centro sanitario no tuvieron grandes problemas para conseguir ser visitados. El paro de tres horas convocado por el Sindicato de Médicos de Cataluña (SMC) y la Federación de Asociaciones de Médicos de los Hospitales Catalanes (FAMHOC) movilizó a la mayor parte de los facultativos de los centros concertados, aunque no consiguió paralizar los hospitales públicos del Instituto Catalán de la Salud ni los centros de atención primaria. Según los sindicatos, el 70% de los médicos catalanes se sumó a la convocatoria de huelga. La cifra subió hasta el 95% en los hospitales concertados, aunque en los grandes hospitales del Instituto Catalán de la Salud la huelga sólo fue seguida por poco más de la mitad de los facultativos. El Departamento de Sanidad, en cambio, rebajó el índice de participación hasta el 26% en los hospitales concertados de la red de utilización pública. Según Sanidad, sólo el 13% de los médicos de los centros de atención primaria se sumaron a la huelga. Tanto los sindicatos como los responsables de Sanidad coincidieron en afirmar que la huelga causó pocos problemas a los usuarios. Pero el entendimiento no llegó más allá.

Las dos organizaciones convocantes de la huelga acusaron al departamento de no haber desprogramado las consultas no urgentes tal y como se había acordado en el acto de conciliación. En esta reunión se acordó que sólo se mantendría la actividad de los servicios de urgencias y de las unidades especiales de quemados, UCI, unidades coronarias, de hemodiálisis, neonatología y tratamientos de quimioterapia. Sin embargo, algunos centros primarios y hospitales del Instituto Catalán de la Salud no cancelaron las visitas ni informaron de la huelga a sus pacientes. Ante esta situación, los médicos que tenían previsto hacer huelga permanecieron en sus puestos de trabajo para evitar colapsos. En los centros de atención primaria, en cambio, la normalidad fue casi total. Los pacientes que acudían a los centros de los distritos de Gràcia y del Eixample, por ejemplo, casi no percibieron la huelga, puesto que la inmensa mayoría de los médicos acudieron a trabajar. Muchos de los pacientes ni sabían que había una huelga convocada. "Me han atendido como siempre, incluso creo que hay menos gente que otros días", aseguraba una mujer a la salida del centro de atención primaria de la calle de Torrent de les Flors.

Los sindicatos atribuyeron la poca incidencia del paro en los centros primarios a las "dificultades para hacer llegar la información". Por provincias, el Sindicato de Médicos aseguró que el 75% de los médicos de Girona secundó el paro, cifra que bajó hasta el 61% en Tarragona y el 60% en Lleida y Barcelona.

Al finalizar la huelga, los representantes del SMC y de la FAMHOC aseguraron estar "muy satisfechos" por el desarrollo del paro. A pesar de ello, el presidente de la FAMHOC, Lluís Masferrer, denunció que el hospital de Bellvitge consideró todas las operaciones programadas como intervenciones urgentes, lo que dificultó el seguimiento de la huelga.

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El Departamento de Sanidad, en cambio, evaluó la protesta como una "huelga testimonial" y "una medida de fuerza para próximas negociaciones".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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