El comisario europeo de Derechos Humanos dice que Exteriores bloquea su visita a Euskadi

El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, considera que el Ministerio de Asuntos Exteriores mantiene bloqueada su visita a Euskadi. Gil-Robles reveló a este periódico que a primeros de octubre se dirigió por vía diplomática al Gobierno para organizar dicha visita y Exteriores aún no le ha contestado oficialmente, aunque oficiosamente le ha hecho llegar que dicha visita "podría ser instrumentalizada electoralmente". El comisario expresó su asombro ante esa objeción a su deseo de conocer sobre el terreno "el deterioro democrático del País Vasco".

Gil-Robles, que reside en Estrasburgo, sede del Consejo de Europa, participó esta semana en Madrid en un acto conmemorativo del 50º aniversario del Convenio Europeo de Derechos Humanos, organizado por el Movimiento Europeo y celebrado en el Congreso de los Diputados. Preguntado por este periódico, reveló su iniciativa, hasta ahora frustrada, de visitar el País Vasco.Entre los motivos para esa visita, Gil-Robles se refirió a "la asfixia del sistema democrático que se está produciendo en ese territorio, ante la cual el comisario europeo de Derechos Humanos debe ir allí". Expresó también su preocupación por "la violación de los derechos humanos en el País Vasco, en donde los ciudadanos viven en un ambiente de miedo, violencia y muerte, que afecta a servidores públicos, periodistas y otras personas".

Álvaro Gil-Robles, de 56 años, que fue titular de la institución española del Defensor del Pueblo desde 1987 a 1993, fue elegido primer comisario europeo de Derechos Humanos a mediados de octubre de 1999 para un mandato de seis años. El cargo no es reelegible.

Las competencias del comisario son la promoción de los derechos humanos en los 41 países del Consejo de Europa (mediante reuniones con ombudsman y organizaciones no gubernamentales), la realización de visitas de acuerdo con los Estados para analizar los fallos legales en relación con los derechos humanos y la promoción del "goce efectivo" de esos derechos en la práctica de los Estados.

Esta última competencia es la que ha suscitado la iniciativa de Gil-Robles de visitar el País Vasco. "Si he logrado que se cierre una cárcel en Daguestán, donde los presos vivían como perros; si he visitado los campos de refugiados en Chechenia, en donde he sentado a dialogar a rusos y chechenos, y he conseguido que Rusia acepte la creación de una oficina de derechos humanos con funcionarios internacionales; si he viajado a Grozni, acompañado de periodistas, a pesar de la oposición del Ejército ruso, ¿cómo no voy a visitar mi país, en uno de cuyos territorios, el País Vasco, se violan sistemáticamente los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida?".

La lucha contra ETA

Preguntado por el contenido de su proyectada visita, Gil-Robles señaló: "[El programa] habría que concertarlo, pero yo quiero entrevistarme con las autoridades de España y del País Vasco, comunidad que tiene competencias en materias policiales, para ver cómo funcionan en la lucha contra el terrorismo, que es el principal problema para los derechos humanos en una democracia como la española en que se puede hablar de todo y se pueden defender todas las tesis políticas sin violencia".Gil-Robles quiere hablar también en el País Vasco con los ciudadanos y las organizaciones de derechos humanos. Y aunque no descartó entrevistarse con familiares de los presos vascos ("no puedo negarme a ver a nadie", dijo), el comisario europeo fue tajante: "Queda muy claro que a quien quiero prioritariamente ver es a las víctimas del terrorismo y de determinadas concepciones políticas, que excluyen a quienes no piensan igual, hasta el punto de suprimirles la vida".

En cambio, Gil-Robles no prevé, en principio, entrevistarse con los partidos políticos, aunque "todo depende de cómo se desarrolle sobre la marcha la visita". Lo que sí tiene por seguro es que no hablará con miembros de ETA ni de HB o EH. "Yo sólo hablo con gente democrática", dijo.

Apoyo a la democracia

El comisario europeo dice que no tiene soluciones para el País Vasco, pero cree que su visita ofrecería "solidaridad institucional y apoyo a la España democrática". Gil-Robles se niega a pronunciarse sobre la conveniencia del diálogo entre las fuerzas políticas vascas y tampoco opina sobre un eventual Gobierno de concentración.Tras la visita al País Vasco, el comisario realizaría un informe que elevaría al Comité de Ministros del Consejo de Europa y que sería debatido por la Asamblea Parlamentaria.

Fuentes del Consejo de Europa aseguraron que, una vez conocidos los objetivos de la visita, el ministro del Interior, Jaime Mayor, se mostró receptivo y mediará para que se realice. Por su parte, Gil-Robles confía en que, aunque con retraso, obtendrá una respuesta gubernamental favorable, en evitación de un conflicto diplomático.

En ausencia del director de la Oficina de Información Diplomática, Alberto Aza, el subdirector, Julio Albi, informó ayer de que la oficina de Derechos Humanos de Exteriores, a la que correspondería tramitar el escrito de Gil-Robles, "no lo ha recibido".