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Una avería lleva a Ucrania a estudiar el adelanto del cierre definitivo de Chernóbil

El funeral oficial de la central de Chernóbil está fijado para el 15 de diciembre. El presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, se lo prometió así en junio a su homólogo norteamericano, Bill Clinton, quien le hizo partícipe de la preocupación occidental por esa bomba atómica latente. Pero ayer, el frío, la nieve, el hielo y los vientos huracanados provocaron cortes en el tendido eléctrico, que disminuyeron la demanda de energía de la central, lo que obligó a detenerse al reactor número 3, único todavía en funcionamiento. Ahora, los técnicos y los políticos se preguntan si merece la pena que vuelva a conectarse a la red (un proceso siempre complejo) para tan sólo unos pocos días.Vadim Jrischenko, director en funciones del organismo regulador de la energía atómica en Ucrania, aseguró ayer a la agencia Reuter que, en principio, está previsto que el reactor vuelva a ponerse en marcha el 2 de diciembre. Sin embargo, añadió que es muy razonable preguntarse si merece la pena hacerlo cuando, tan sólo unos pocos días más tarde, se detendrá definitivamente.

La central de Chernóbil fue, el 26 de abril de 1986, escenario del más grave accidente de la historia de la energía nuclear de uso pacífico. Ese día, el reactor número 4 saltó por los aires, extendió su veneno invisible por toda Europa, mató por la vía rápida a decenas de personas (y a miles por la lenta), obligó a evacuar a centenares de miles de habitantes de las zonas limítrofes y provocó una catástrofe ecológica en Ucrania, Bielorrusia y Rusia, repúblicas todas ellas pertenecientes entonces a la Unión Soviética.

El reactor número 4 se cubrió con un sarcófago de hormigón, no del todo hermético. El 2 se cerró tras un incendio en octubre de 1991. Y el 1 dejó de funcionar en 1997, al término de su vida útil. El 3, sin embargo, ha seguido produciendo energía, con paradas intermitentes por accidentes o averías. Durante años, ha sido objeto de presiones occidentales para que se cierre de una vez y de moneda de cambio de Ucrania, que quiere ayuda económica para construir reactores en otras dos centrales.

La parada de ayer, que, según fuentes de Chernóbil, no aumentó el nivel de radiación en la zona, se debió a que el reactor está diseñado para generar energía de forma constante, y a que no puede adaptarse con urgencia a una disminución brusca de la demanda como la que se produjo ayer.

La detección de una fuga en un generador de vapor obligó también a cerrar ayer uno de los tres reactores de una central atómica ubicada en el sur de Ucrania.

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