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La ternera gallega pierde jugo

Xosé Hermida

En unos días, el sector cárnico gallego ha pasado de la euforia a la depresión. Hace apenas tres semanas, cuando se descubrieron en Francia nuevos casos de vacas locas, las ventas de vacuno gallego se incrementaron un 20%. Pero, contra lo que algunos creían, Galicia no era inmune al mal que se ha ido extendiendo por toda Europa y que ya ha empezado a cobrarse su coste en el noroeste de España. Los problemas surgidos en otros países y el establecimiento de la denominación de origen Ternera Gallega, con un gran despliegue publicitario, habían contribuido a mejorar la imagen de la carne autóctona. La oposición ha sido crítica con el modo de gestionar Ternera Gallega -en la que participan la Administración autonómica, empresarios y sindicatos-, pero admite que, además de la propaganda, se ha mejorado la vigilancia y la calidad. "Esa carne tiene el doble de control, desde la alimentación de las reses hasta su sacrificio", dice Francisco Sinero, diputado autonómico del PSOE. A Ternera Gallega están acogidas 9.000 explotaciones, menos del 10% del total. Se financia con dinero público y con tasas abonadas por los ganaderos.

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Agricultura cifra en 26.600 millones el coste de las medidas inmediatas contra las 'vacas locas'

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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