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LA OFENSIVA TERRORISTA

La familia de Lluch evitó la primera fila para que Aznar no les abrazase

Francesc Valls

Las tres hijas de Ernest Lluch quisieron evitar la fotografía del presidente de Gobierno, José María Aznar, abrazándolas. Por eso el pasado jueves rehuyeron la primera fila de la manifestación que reunió a centenares de miles de personas en Barcelona. Ello obligó a que se formara una segunda cabecera de manifestación. Con esta actitud las hijas de Lluch se hacían intérpretes de la voluntad de su padre, en una jornada que en palabras de un alto cargo del Gobierno catalán "ha tumbado la estrategia vasca del Ejecutivo de Aznar".

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La manifestación de Barcelona ha marcado un antes y un después en las relaciones entre partidos políticos. Las referencias al diálogo han sido las que han abierto el abismo entre el PP y las restantes fuerzas. Con todo, la iniciativa surgió de forma unitaria tras el asesinato del que fuera ministro de Sanidad del primer gobierno socialista, Ernest Lluch.El pasado miércoles, a las 10 de la mañana representantes de todos los partidos políticos se reunieron en la sede del Partit dels Socialistes (PSC) en Barcelona para preparar la respuesta ciudadana al atentado terrorista. Todo iba sobre ruedas, los partidos, bajo el tutelaje de dos grandes instituciones -la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona- crearon una comisión para redactar el manifiesto que se debía leer al concluir la manifestación. No hubo enmiendas respecto al primer borrador. Desde Esquerra Republicana quisieron cambiar el término España por el de Estado español, pero para no romper la unidad, los independentistas catalanes se avinieron a renunciar a tal pretensión.

Al tiempo que los partidos daban luz verde al manifiesto, las instituciones -municipal, central y autonómica- se ponían de acuerdo sobre cómo aplicar el protocolo. "Desde el principio se tuvo claro que el lehendakari Juan José Ibarretxe debía estar en primera línea", señaló una de las personas presentes en las convesaciones. La presencia del lehendakari se resolvió a alto nivel con La Moncloa, apuntan algunas fuentes. Desde el principio tanto PSC como CiU consideraron que era imprescindible que Ibarretxe estuviera en primera fila de la manifestación. Desde el Gobierno central se sostenía que el lehendakari debía quedar sujeto al protocolo para presidentes de comunidades autónomas, lo que le situaba en segunda línea.

El PP desmintió ayer que La Moncloa quisiera marginar a Ibarretxe. Pero unas horas más tarde el diputado de CiU Ignasi Guardans, perteneciente al sector menos nacionalista de la coalición, aseguraba en declaraciones al programa La Ventana de la cadena SER que "los servicios de seguridad que acompañaban a Aznar hicieron todo lo posible físicamente" para que Ibarretxe "fuera para atrás, para que no apareciera en la misma foto". "Ésa es la realidad que yo vi y que vieron gente con la que he estado hablando hoy [por ayer] que son de los cuerpos de seguridad", añadió el diputado de CiU.

En lo que todos coinciden es en que la manifestación transcurrió de acuerdo con la voluntad de la familia de Lluch, que desfiló en segunda fila "entre amigos". El cantante Lluís Llach o políticos como Santiago Carrillo, Odón Elorza o Miguel Herrero de Miñón acompañaban a las hijas de ex ministro asesinado. Los tres últimos estuvieron presentes en la incineración que se desarrolló en la intimidad, en Montjuïc, horas antes de la manifestación .

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