La dimisión de Fujimori desde Japón sumerge a Perú en una aguda lucha por la presidencia

La renuncia del presidente de Perú, Alberto Fujimori, se encuentra desde ayer en manos del presidente del Congreso, Valentín Paniagua. Hoy se realizará la sesión plenaria en la que se decidirá quién será el sucesor de Fujimori y el encargado de llevar adelante el proceso de transición que tiene como objetivo principal la celebración de las elecciones en abril. Son tres los candidatos: Francisco Tudela y Ricardo Márquez, primer y segundo vicepresidentes de la República, respectivamente, y el propio Paniagua, en tanto que presidente del Legislativo, y que ayer recibió el espaldarazo de EE UU.

La renuncia de Fujimori, que está fechada el día 19 y fue redactada en Tokio, desde donde llegó trasladada por un edecán o enviado especial del presidente, está dirigida al presidente del Congreso, a quien Fujimori felicita por su reciente elección. "Soy el primero en reconocer que hay un nuevo escenario político en el país, una de cuyas expresiones recientes es una nueva correlación de fuerzas en el Parlamento", asegura. Y continúa: "A lo largo de estos últimos diez años y como consta al país entero, a pesar de errores, que reconozco, he actuado sin cálculo político, mucho menos preocupado por la popularidad. He vuelto, entonces, a interrogarme sobre la conveniencia para el país de mi presencia y participación en este proceso de transición. Y he llegado a la conclusión de que debo renunciar formalmente a la presidencia de la República, para de este modo abrir paso a una etapa de definitiva distensión política que permita una transición ordenada y, algo no menos importante, preservar la solidez de nuestra economía", sostuvo Fujimori.

El Congreso tendrá que decidir si acepta la renuncia de Fujimori o declara que queda vacante el cargo por "incapacidad moral" del presidente dimisionario.

De acuerdo a la Constitución, el mandato debería recaer en el primer vicepresidente, Francisco Tudela, quien dimitió hace varias semanas cuando se conocieron las cuentas por 48 millones de dólares (9.500 milones de pesetas) que el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, Vladimiro Montesinos, tenía en Suiza. El Congreso, sin embargo, nunca le aceptó la renuncia, por lo que podría ser el sucesor.

Tudela sostuvo ayer una serie de reuniones con empresarios y congresistas. Hasta el cierre de esta edición, no había ratificado su renuncia ante el Congreso.

De acuerdo a la línea de sucesión constitucional, si el Congreso acepta la renuncia de Tudela, le correspondería ocupar interinamente la presidencia al segundo vicepresidente, Ricardo Márquez, quien no cuenta con el respaldo de la oposición ni de Estados Unidos.

"Incapacitado moralmente"

El líder de Avancemos, el ex parlamentario José Barba, sostuvo que el vicepresidente de la República, Ricardo Márquez está "incapacitado moralmente" para asumir el periodo de transición. Y precisó que espera que "entre en razón y se haga a un lado para no convertirse en un factor de obstáculo".Un amplio sector de la oposición se muestra favorable a respaldar al presidente del Congreso para que sea el encargado de dirigir la transición. Paniagua se reunió ayer con el embajador de EE UU en Perú, John Hamilton, quien estuvo acompañado de un alto cargo del Departamento de Estado. Esta entrevista se considera, en medio locales, un espaldarazo.

Los vicepresidentes son considerados como aspirantes descalificados. Ambos proceden de las elecciones del pasado mes de abril, que la oposición denunció como fraudulentas. Pero además, añaden las mismas fuentes de la oposición, continuar con Márquez es seguir con Montesinos. "Lo que explica el súbito cambio de Márquez, quien hace 48 horas sostenía que se apartaría del Gobierno si Fujimori renunciaba, es el conjunto de intereses en el poder, empezando por el montesinismo en el Ejército, que requiere de Márquez como factor de continuidad en la defensa de esos intereses", dice Diego García-Sayán, de Perú Posible, el partido de Alejandro Toledo.