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LA OFENSIVA TERRORISTA

El presidente dice que la negativa de Cuba a apoyar la resolución contra ETA tendrá "consecuencias"

El Gobierno no va a tomar ninguna decisión concreta, pero considera como un "hecho grave" que tendrá consecuencias la negativa de Cuba a apoyar la resolución de condena de ETA aprobada el pasado sábado en la X Cumbre de Panamá. Así lo dijo ayer, José María Aznar: "Es un hecho grave que Cuba no apoyara la resolución. No vamos a establecer ningún tipo de decisión específica, pero es impensable que este hecho no provoque consecuencias".[Uno de los primeros escenarios en los que España proyecta hacer pagar a Cuba su actitud en Panamá es, según fuentes diplomáticas, el Club de París. El vicepresidente cubano, Carlos Lage, inició ayer en ese foro la renegociación de la deuda externa de su país, estimada en unos 11.000 millones de dólares (2,14 billones de pesetas). España forma parte del grupo reducido de países que negocia con Cuba al ser uno de sus principales acreedores.]

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El presidente destacó que lo importante en relación con la citada resolución es que los 21 países asistentes a la cumbre, " todos menos uno", la apoyaron. "Y no vamos a ser ahora todos los que debamos dar explicaciones, en lugar de Cuba", añadió cuando un periodista le preguntó si no hubiera sido más deseable una condena genérica del terrorismo apoyada por todos los países de Iberoamérica.

Aznar hizo estas afirmaciones con ocasión de la conferencia de prensa que celebró en San José para explicar los resultados de su visita a Costa Rica. El presidente costarricense, Miguel Ángel Rodríguez, que reiteró durante esta visita su condena del terrorismo etarra, prometió, por otra parte, que va a seguir prestando una atención especial a los problemas que encuentran en su país las empresas españolas, y reconoció que hay un exceso de regulación y burocracia en Costa Rica.

La visita del presidente español ha puesto de manifiesto que, pese a un panorama aparentemente idílico de las relaciones bilaterales -Aznar ha destacado aquí el "carácter modélico" de la democracia costarricense y ambos dirigentes han expresado enorme satisfacción por sus entrevistas- los datos objetivos van de capa caída. Aunque el comercio crece, últimamente a favor de Costa Rica, la inversión bruta española cayó de 2.836 millones de pesetas en 1996 a sólo 69 millones de pesetas en 1999, y ello ha ocurrido en el contexto de un malestar creciente de los inversores por las trabas administrativas y de otro tipo que encuentran. Incluso desde el sector de la cooperación -en el país hay 45 cooperantes españoles- se oyen las mismas quejas de problemas burocráticos que dificultan cumplir los programas.

La cadena hotelera Barceló tiene un proyecto importante paralizado por cautelas judiciales relativas a la propiedad de unos terrenos y Sol Meliá, la otra principal empresa española en la zona, no logra las licencias para ampliar una de sus instalaciones.

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Aznar dijo ayer que en cualquier contencioso la razón no está sólo en una de las partes, y afirmó que las buenas relaciones entre dos países sirven para encauzar razonablemente las diferencias.

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