¿Cómo se producen los casos de legionelosis?
y C. PELAZ ANTOLÍNLa "enfermedad del legionario", causada por la bacteria conocida con el nombre de Legionella, es una neumonía clínicamente indistinguible de otras neumonías atípicas que con frecuencia requiere la hospitalización de los pacientes. El periodo de incubación de la enfermedad es de dos a 10 días. Los casos se producen con más frecuencia en personas de edad comprendida entre 40 y 70 años, y también con más frecuencia (de dos a tres veces más) entre varones que entre mujeres, siendo rara en niños.
La infección por Legionella puede ser adquirida fundamentalmente en dos grandes ámbitos, el comunitario y el hospitalario, y puede presentarse en forma de brotes o de casos aislados.
El riesgo de contraer la enfermedad depende del tipo e intensidad de la exposición y del estado de salud del sujeto susceptible, aumentando en personas con defensas disminuidas, en diabéticos, en pacientes con enfermedad pulmonar crónica, en fumadores y en alcohólicos. La tasa de ataque en brotes varía entre el 0,1% y el 5% en población general y la letalidad se sitúa alrededor del 5%, pero puede llegar a ser del 15% o 20% si no se instaura un tratamiento antibiótico adecuado.
El diagnóstico se realiza por pruebas que son cada vez más precisas y asequibles para los laboratorios de los hospitales.
El tratamiento antibiótico de elección es la eritromicina de gran eficacia.
Legionella es una bacteria ambiental, ya que habita en aguas superficiales como lagos, ríos y estanques, formando parte de su flora bacteriana. Desde estos reservorios naturales, la bacteria pasa a colonizar la red de abastecimiento de las ciudades y de ahí a los sistemas de agua de edificios o instalaciones que requieran agua para su funcionamiento. Estas redes o instalaciones, en ocasiones, pueden contener zonas estancas donde se acumulan productos que sirven de nutrientes para la bacteria, como lodos, materia orgánica, material de corrosión y amebas. En estas condiciones y a temperaturas cercanas a los 37º C, Legionella se multiplica. A partir de estos lugares, concentraciones importantes de la bacteria pueden dispersarse en el aire en forma de aerosoles y penetrar en las vías respiratorias alcanzado los pulmones de las personas expuestas. La aparición de la enfermedad depende de la sucesión de las circunstancias descritas y de la existencia de individuos susceptibles.
En los estudios realizados en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III la principal fuente de infección en brotes afectando a comunidades abiertas han sido las torres de refrigeración de equipos de aire acondicionado y en brotes asociados con un determinado edificio (hoteles, hospitales) los sistemas de agua caliente.
Las medidas preventivas van encaminadas a evitar las condiciones que favorecen la colonización, multiplicación y diseminación de Legionella, como son las temperaturas adecuadas para su crecimiento, el estancamiento del agua y la acumulación de materia orgánica. Por tanto, se basan en dos principios fundamentales: la eliminación de zonas sucias mediante un buen diseño y mantenimiento de las instalaciones y el control de la temperatura del agua para evitar la supervivencia y multiplicación del microorganismo. Estas medidas deben extremarse tras la aparición de casos.
En 1999, el Ministerio de Sanidad y Consumo editó el libro Recomendaciones para la prevención y el control de la legionelosis, que contiene criterios de actuación ante la presencia de infecciones causadas por Legionella, así como pautas para la instalación, mantenimiento, inspección y desinfección de las instalaciones.
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