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Alarma en Alcoy por la falta de información y la prolongación del brote de 'legionella'

La enfermedad, detectada hace 14 meses, ha afectado ya a 123 vecinos de la población alicantina

Un total de 123 afectados en 14 meses. Dos muertos. Hospital colapsado. Torres de refrigeración clausuradas. Inquietud ciudadana y preocupación empresarial. La radiografía del brote de legionella detectado en Alcoy (Alicante) el 20 de septiembre de 1999 se completa hoy con el diagnóstico social de la epidemia: una sensación generalizada de alarma por falta de información y una frustrante ausencia de fundamento entre los enfermos para poder ejercer el derecho a la queja ante una Administración sanitaria incapaz, hasta ahora, de abortar el incesante goteo de casos.

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La incertidumbre planea sobre la alicantina Alcoy (60.476 habitantes), cuyos ciudadanos se preguntan cómo es posible que 14 meses después de detectarse el primer brote de legionella sigan diagnosticándose nuevos casos -el último el pasado miércoles-, y por qué en Vigo -30 afectados, cuatro falle-cidos- se controló el brote rápidamente y en Barcelona -42 afec-tados, tras un nuevo caso confirmado ayer- se ofrece información diáfana y se prepara con celeridad un decreto para endurecer la normativa sobre las instalaciones de refrigeración. Las respuestas a esas preguntas han quedado, por ahora, en el aire frío de Alcoy, como también persiste suspendido en la atmósfera el germen inhalado ya por cientos de habitantes.

El Gobierno valenciano ha reaccionado tarde. Ahora, después de 14 meses, está tramitando por vía de urgencia una normativa para poder actuar sobre el origen de la infección: las torres de refrigeración de las industrias. El Ayuntamiento ha triplicado el número de inspectores para peinar la ciudad -ya han realizado 262 visitas- a la caza y captura de la bacteria. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, pide "tranquilidad" a la población y destaca la labor de Sanidad. "No se puede hacer nada más", porque "no hay más margen de maniobra", sostiene.El pasado junio, casi un año después de declararse el primer brote, el Ayuntamiento de Alcoy y la Consejería de Medio Ambiente suscribieron un protocolo -no de obligado cumplimiento- para el control del microorganismo. Pero las medidas preventivas que contiene ese documento, basadas en un estudio de la Universidad de Alcalá de Henares y en el único referente legislativo al respecto, el de Madrid, no han sido efectivas. El presidente de la Asociación Textil Alcoyana, Richard Waring, no oculta que su asociación desconoce oficialmente el protocolo. Algo falla.

El cartero jubilado Ángel García ingresó en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy -su servicio de microbiología está saturado- el pasado 1 de septiembre. Tras una semana en planta supo que el hospital estaba colapsado de pacientes con legionella, algunos en los pasillos. "No hay información. Y si se sabe algo no se dice. Procuran esconderla para evitar reclamaciones y que la gente pida indemnizaciones", afirma.

El alcalde de Alcoy, Miguel Peralta, del PP, niega opacidad en el proceso. "Informamos una vez a la semana", dice, porque "no queremos alarmar a la población con ruedas de prensa diarias". No hace falta. Los ciudadanos ya están alarmados, probablemente por una carencia de información que alimenta la rumorología popular y es caldo de cultivo de la psicosis que comienza a brotar en la ciudad. Seis de las 19 torres de refrigeración de la ciudad censadas por el Ayuntamiento siguen funcionando, después de su cloración y desinfección. Pero los expertos temen que el germen pueda estar presente en algún sistema de refrigeración no declarado y que desde ahí se propague por aerosoles (suspensiones de partículas microscópicas de un líquido o un sólido en el aire). Y también sospechan que la bacteria pudiera no estar en las torres de refrigeración, sino en los pozos privados ajenos a la red pública que surten los sistemas para enfriar la maquinaria de las industrias.

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