Los votos desde el extranjero amplían la ventaja de Bush y abren una nueva disputa jurídica
El candidato republicano supera por 930 votos al vicepresidente demócrata, Al Gore
Los votos procedentes del extranjero han aumentado, como se esperaba, la ventaja del republicano George W. Bush. El recuento, completado ayer y que aún no es oficial, otorgó 1.380 papeletas al candidato republicano y 750 al candidato demócrata, con lo que Bush supera ahora por 930 votos al vicepresidente Al Gore en la atormentada elección presidencial de Florida. Los republicanos acusaron a los demócratas de descartar arbitrariamente cientos de votos de militares y de manipular papeletas durante el recuento manual, lo que elevó la tensión entre ambos bandos.
ELECCIONES 2000La atención se centraba ayer en dos frentes: la nueva polémica sobre el recuento alentada por las graves acusaciones republicanas y, sobre todo, la crucial audiencia del lunes en el Tribunal Supremo de Florida. El alto tribunal ordenó el viernes, por sorpresa, que no se hicieran oficiales los resultados del doble recuento mecánico y de los votos del extranjero, mientras no tomara una decisión sobre si los resultados de los recuentos manuales eran o no válidos. La secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, del Partido Republicano, tenía previsto anunciar ayer la victoria de George W. Bush.Pero el Supremo dejó en suspenso ese anuncio, que habría colocado al candidato republicano en una situación muy favorable ante la opinión pública. Los abogados de ambos bandos presentaron ayer ante el Supremo sus respectivos argumentos. Los jueces trabajarán todo el fin de semana en el examen de la documentación, en la que no hay sorpresas: los demócratas insisten en que se deben contabilizar los votos en los que la intencionalidad del votante es clara, aunque resulte invisible para las máquinas, y que por tanto Katherine Harris abusó de sus poderes al anunciar que no considerarían los recuentos manuales; los republicanos mantienen que el recuento manual discrimina a los ciudadanos de otras áreas.
El lunes, a las dos de la tarde (ocho de la tarde hora peninsular española), se celebrará una audiencia televisada en la que cada equipo de abogados dispondrá de una hora para desarrollar oralmente su argumentación jurídica. No hay fecha prevista para la resolución del Supremo de Florida, pero es de suponer que los jueces se tomarán al menos unos días para considerar todos los detalles.
Resultados fiables
El recuento manual, mientras tanto, proseguía con parsimonia. Y con algunas sorpresas: las primeras cuatro circunscripciones (de entre 531) de Palm Beach dieron una ganancia neta de cuatro votos a Bush, y no a Gore, el impulsor del examen individualizado de las papeletas. En general, según fuentes no oficiales, el voto demócrata no mostraba una tendencia al alza, al contrario de lo esperado. El dato no es, en cualquier caso, representativo todavía. Faltan días para que empiecen a aflorar resultados fiables.Todo se traba continuamente en el decisivo recuento de Florida. La masiva presencia de abogados y de observadores de ambos partidos convierte cada papeleta en un elemento de discusión. Eso está ocurriendo en los recuentos manuales de los condados de Palm Beach (462.000 votantes) y Broward (460.000) y ocurrirá sin duda en el de Miami-Dade, donde mañana comenzarán a examinarse, uno a uno, 654.000 votos. Como ejemplo, 1.800 de las primeras 16.000 papeletas examinadas en Palm Beach tuvieron que ser apartadas (con enormes cautelas, control de interventores demócratas y republicanos y vigilancia policial) para ser "revisadas posteriormente", ya que no existía acuerdo sobre si debían computarse como válidas o inválidas.
En el Centro de Emergencias cercano a West Palm Beach los ánimos se caldean minuto a minuto y menudean las discusiones y los gritos, alentados por la tensión, el cansancio y la perspectiva de muchas jornadas de trabajo por delante. Algunos voluntarios no se presentaron ayer, sábado, al recuento, alegando obligaciones familiares. En cambio, cientos de ciudadanos se congregaron en torno al edificio, atraídos por la trascendencia histórica del recuento desarrollado en el interior.
Otra disputa jurídica
Los votos del extranjero parecían una cuestión menor, comparada con el masivo recuento manual. Pero pueden convertirse en otra disputa jurídica. Los republicanos dicen estar satisfechos por el incremento de su ventaja, y el propio candidato a la vicepresidencia, Dick Cheney, hizo una declaración para expresar su alegría. Pero también muestran una rotunda disconformidad con el elevado número de papeletas, 1.400, que han sido rechazadas. En el Condado de Orange, por ejemplo, se descartaron 117 de los 147 votos recibidos, y en Santa Lucía, 13 de 14, a causa de objeciones demócratas por falta de matasellos en el sobre o de firma testificada."Nos preocupa lo que parece un esfuerzo para favorecer a Al Gore y para desacreditar los votos de los hombres y mujeres del Ejército", comentó Mindy Tucker, portavoz de George W. Bush. Los votos procedentes de las unidades militares estadounidenses esparcidas por el mundo son, tradicionalmente, conservadores.
Los demócratas, por su parte, ironizaron sobre las "teorías conspiratorias" de los republicanos. "Esos votos fueron examinados localmente y descartados por razones sólidas, ante la presencia de observadores de ambos partidos", respondió Jenny Backus por parte de Gore. Thomas Spencer, un abogado de Miami contratado por el equipo de Bush, anunció que consideraba la posibilidad de interponer una demanda sobre esos votos rechazados. Su argumento era que si los recuentos manuales repescaban votos descartados por "problemas técnicos de las máquinas", también se podía hacer lo mismo con los votos extranjeros "con pequeños problemas de forma".
"El problema", explicó Spencer, "es que las leyes de Florida y las federales hacen tan complicado votar desde el extranjero, que es necesario ser ingeniero aeronáutico para hacerlo correctamente". La normativa de voto desde el extranjero se endureció en Florida después de que Xavier Suárez, elegido alcalde de Miami hace tres años y posteriormente destituido, manipulara cientos de esos votos para ganar las elecciones locales.
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