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Un hombre denunciado por maltrato mata a golpes a su compañera

Los médicos creen que la mujer permaneció días atada y sin comer

"No le quedaba ninguna parte del cuerpo que no tuviera un golpe". Así describió un portavoz del hospital Carlos Haya de Málaga el cadáver de María Luisa Chacón Heredia, de 27 años, muerta ayer por la paliza que le propinó su compañero. Fuentes sanitarias expresaron sus sospechas de que la víctima había permaneció durante días atada y sin comer. El agresor ya había sido denunciado por maltrato.

Los hechos se produjeron sobre las 3.30 de la madrugada. Alrededor de las 6.00, el joven, de 32 años, se entregó en la comisaría de Fuengirola. "He matado a mi mujer", confesó. El agresor pasó la noche en las dependencias policiales, a la espera de que hoy el juez que instruye las diligencias le cite a declarar.El propio padre del detenido fue el que sobre las 4.20 llamó al servicio de emergencias 061, aunque, según recoge el parte del aviso, éste dijo que la joven llevaba "así" una hora. "Así" era en parada cardiorespiratoria. El equipo médico logró reanimarla y con respiración asistida la trasladó al hospital Carlos Haya. Pese a los esfuerzos de los médicos de urgencia, volvió a sufrir paradas cardiorespiratorias. A las 7.00 falleció.

Antonio.S.N. tenía antecedentes por maltratar a sus parejas. La propia Maria Luisa le había denunciado el pasado 9 de septiembre en la comisaría de Marbella por haberle retenido contra su voluntad durante cuatro días en una vivienda de esa localidad. Entonces, fue liberada por su madre y un tío.

Las agresiones fueron también el motivo esgrimido por su anterior mujer, con la que sí estuvo casado, para tramitar la separación. El Instituto Andaluz de la Mujer confirmó que incluso por esta razón se le retiró la patria potestad de sus hijos. Además, la comisaría provincial indicó que tenía antecedentes por delitos contra la propiedad.

La información facilitada por la Delegación de Salud era escalofriante. Hematomas por todo el cuerpo, fracturas diversas, las costillas flotantes rotas, parálisis intestinal, desnutrición y deshidratación. Estos dos últimos datos, junto a las marcas en los tobillos y las muñecas hacen sospechar que la joven no sólo habría sido atada antes de su muerte, sino que podría haber permanecido así durante varios días.

Esta hipótesis fue reforzada por la afirmación de un vecino que comentó que hace un par de días llamó a la puerta del agresor, sin que éste le dejara entrar. "Por el cuadro clínico y los signos externos tenía aspecto de no haberse alimentado durante algunos días y de que las agresiones habían sido reiteradas y brutales", apuntó una fuente de la Delegación de Salud. Antonio y María Luisa vivían en un trastero de un bloque de viviendas sociales de Fuengirola. La habitación pertenecía a la comunidad de propietarios, que el 30 de octubre pasado denunció al Ayuntamiento que había sido ocupada por la pareja.

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