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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Emergencias sociales

Esta es la historia de Maika Santos, vecina de Barakaldo, en paro y perceptora de las denominadas complementarias: 53.000 pesetas mensuales. Con este dinero tienen que vivir ella, su marido y su hijo. En octubre de 1999 se acercó a la Unidad de Trabajo Social de su barrio a solicitar una ayuda de emergencia social para poder pagar 90.000 pesetas del dentista. Pese a reunir todos los requisitos, se la deniegan. Ni tan siquiera le dejan presentar su solicitud. "Como no hay dinero para estos casos hasta el año que viene, ¿para qué te vas a tomar la molestia?", se le responde. Esta mujer ha removido Roma con Santiago. Se ha reunido con la coordinadora de los Servicios Sociales de Base, con la Concejal de Bienestar Social, ha permanecido 24 horas frente a la Diputación Foral de Bizkaia, se ha concentrado frente a las puertas del Ayuntamiento, obteniendo siempre la misma respuesta: "no hay dinero". Y su problema dental se ha agravado con el tiempo, padeciendo a lo largo de estos meses fuertes dolores.La historia termina cuando este mes, un año después, le conceden la ayuda solicitada. Al hilo de este caso son varias las cuestiones que se nos plantean. Según la ley existen unas ayudas de carácter puntual, nominadas Ayudas de Emergencia Social, para poder acceder a bienes tan básicos como la vivienda o la sanidad. Ya vemos dónde quedan los textos legales y la emergencia social: en papel mojado para las personas en paro. Por otro lado, el acceso a la sanidad no es un bien garantizado para todas las personas que viven en la comunidad autónoma; carecen de ella todos aquellos ciudadanos que, como Maika Santos, no cuentan con suficientes recursos económicos. Pero este caso no es producto de la casualidad o de la desidia institucional, sino de una política de continuos recortes presupuestarios en las partidas destinadas al gasto social desde las diferentes administraciones vascas. Así, no es de recibo que el Ayuntamiento de Barakaldo apruebe una partida presupuestaria de 55 millones de pesetas para las ayudas sociales en un pueblo con una tasa de paro del 17% -9.000 personas desempleadas-, 12.000 personas por debajo del umbral de pobreza y 3.500 malviviendo de las ayudas sociales.- Xabier Tomás Cortázar. Barakaldo.

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