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Sólo tres años de cárcel para los jóvenes alemanes que mataron a un argelino

Pilar Bonet

La justicia alemana fue ayer benigna al dictar sentencia contra 11 jóvenes ultraderechistas acusados de haber causado la muerte del argelino Farid Guendoul, solicitante de asilo, que se desangró tras ser acosado en una cacería en la ciudad de Guben, en la frontera con Polonia. Tan sólo tres de los once acusados tendrán que cumplir condenas de cárcel de hasta tres años, según el Tribunal Regional de Cottbus, que condenó a ocho de los once a distintas penas por diversos grados de complicidad en un "homicidio por negligencia".

El 13 de febrero de 1999, Farid Guendoul y otros dos africanos fueron perseguidos por un grupo de cabezas rapadas que entonces tenían entre 17 y 20 años. Los jóvenes, que iban a la busca de un cubano para ajustarle las cuentas por una supuesta afrenta, se ensañaron, en cambio, con los africanos, a los que encontraron casualmente en una gasolinera. Con el acompañamiento de una casete de música rock de ultraderecha y profiriendo gritos xenófobos, los cabezas rapadas comenzaron una persecución a bordo de varios vehículos por las calles de Guben. Acosado contra el portal de un edificio de viviendas, Guendoul se golpeó contra el vidrio de la puerta, que le cortó una arteria. Al cabo de pocos minutos murió desangrado. La sentencia dictada ayer en primera instancia culmina un proceso que comenzó en junio de 1999 y que ha crispado los ánimos del tribunal y de los habitantes de Guben, muy irascibles ante el deterioro sufrido por la imagen de su localidad. Es muy probable, sin embargo, que el caso no acabe con la sentencia de ayer, ya que los parientes de la víctima han anunciado que recurrirán ante una instancia superior. Malik y Kamel, los hermanos de Guendoul, que habían venido a Alemania para escuchar la sentencia, se mostraban ayer decepcionados. "He perdido la confianza en el país de los derechos", manifestó Malik. Sin embargo, los acusados acogieron la sentencia con tranquilidad y, según el periodista Frank Jansen, que ha seguido el proceso, "da la impresión de que son ellos los vencedores". Los ultras, que en parte se presentaron calzados con botas militares y con los cráneos perfectamente afeitados, han faltado al respeto a los tribunales de forma reiterada y en diversas ocasiones han llegado tarde a las sesiones del juicio. Al saber que había sido condenado a dos años de cárcel, uno de los acusados se echó ayer a reír. El fiscal, Jens Meyer, que había pedido penas de hasta tres años y medio, se dio por satisfecho con la sentencia. La calificación del delito como homicidio por negligencia ha supuesto una considerable reducción de las penas en comparación con las que se hubieran impartido en una condena por homicidio. Los abogados, un equipo de 22 letrados, algunos de los cuales tienen gran experiencia en la defensa de ultraderechistas, habían solicitado la absolución de los 11 defendidos en el punto central de "homicidio por negligencia". Aparte de los tres que deberán cumplir condena, otros cinco han sido sentenciados a penas de entre 12 y 18 meses de libertad bajo fianza. El juez, Joachim Dönitz, argumentó que los acusados habían actuado por "frustración" sobre los extranjeros y que no habían deseado la muerte del argelino. Tres de los jóvenes fueron absueltos de la acusación de homicidio por negligencia, porque se quedaron en los coches mientras se producía el desenlace.

El proceso concluido ayer ha sido criticado por su larga duración, que en parte se debe a los métodos empleados por la defensa. El presidente del Bundestag, Wolfgang Thierse, había calificado de escandalosa la demora. Ayer, el juez le devolvió la afrenta y calificó los "buenos consejos" del presidente como un intolerable intento de influir en el tribunal.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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