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Ni una sola empresa se acoge al decreto para reducir horas extras a cambio de contratos subvencionados

En julio de 1999 el Gobierno publicó un decreto en el Boletín Oficial del País Vasco por el que las empresas podían recibir una subvención de 500.000 pesetas por cada puesto de trabajo que crearan a lo largo de un año mediante la reducción por convenio de horas extras. Ni una sola sociedad se ha acogido a esta fórmula en los quince meses transcurridos desde entonces. El Departamento de Trabajo ha recibido consultas, pero ninguna propuesta concreta. Es sólo un ejemplo. En pleno debate sobre la reducción de jornada a 35 horas, el número de horas extras cotizadas a la Seguridad Social aumentó en el primer trimestre de este año en 38.800 respecto al mismo periodo del año anterior.

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"¿A quién contrato?"

"Hemos tenido consultas, pero inscripciones, ninguna. Es cierto que la decisión debe incorporarse a los convenios, pero lo cierto no hay peticiones", señala Jesús Antonio Monreal, director de Empleo y Formación. En pleno debate sobre la reducción de jornada y sobre las 35 horas, la desparición de las horas extras parece una utopía. En Euskadi todos reconocen que existen tres tipos de horas extraordinarias: las que se cobran y cotizan a la Seguridad Social, que en el Gobierno se califican como "la punta del iceberg"; la que se cobran pero no se cotizan, y las que se hacen, no se cotizan y no se cobran, las que realizan gran parte de los profesionales. Estos dos últimos tipos concentran el mayor procentaje, según los empresarios, el Gobierno y los sindicatos, aunque nadie las sabe cuantificar.Por eso la cifra de horas cotizadas se utiliza sólo de forma indicativa, pero no abarca la realidad. "No entramos a valorala porque la desconocemos, ya que la Segurtidad Social no nos los pasa. Los datos no tienen consistencia", señala un portavoz del Departamento de Trabajo.

El debate de las horas extras constata otro fracaso del Acuerdo vasco de Empleo de enero de 1999. Los sindicatos y patronal pactaron en él su reducción progresiva, uno los escasos acuerdos aclanzados entre ellos. Sin embargo, no ha tenido consecuencias. Jon Bilbao, responsable en Confebask de esta cuestión, indica que el acuerdo marca un deseo de las centrales y los empresarios para "crear un sistema más eficiente y barato".

"Pero la realidad es terca y no es fácil eliminar en una situación de carestía de mano de obra especializada. ¿A quién contrato?", pregunta Bilbao, tras recordar que las horas extras se hacen, en la mayor parte de los casos, en empresas del sector industrial. La patronal, en todo caso, considera que el acuerdo de enero de 1999 se empezó a negociar en 1997, en un contexto social distinto, de paro más elevado. "Desde entonces la realidad es otra", dice para justificar el escaso cumplimiento del acuerdo, al tiempo que reclama una flexibilización de las jornadas.El análisis de Carlos Trevilla, secretario general de UGT Euskadi, es completamente distinto. Acusa a la patronal del fracaso del Acuerdo Vasco de Empleo y ve las horas extras como un fraude de los empresarios, que no organizan bien el trabajo y pagan bajos salarios para mantener su competitividad. Junto a este motivo Trevilla admite que los trabajadores, forzados por los bajos salarios, también las quieren hacer -se dan más entre los contratados a tiempo parcial-, por lo que reclama un incremento del número de inspectores de Trabajo para controlarlas. "En España hay un inspector por cada 27.000 trabajadores, mientras la media europea es de uno por cada 7.000", indica Trevilla. Recuerda también que la actual legislación de horas extras permite de facto la jornada flexible, y que la prolongación de la jornada incrementa la siniestralidad laboral.

UGT reclama unidad de acción sindical en esta materia y dice estar muy preocupada por la desligitimación de "la reducción del tiempo de trabajo como mecanismo para crear empleo".

Trabajo no se corta tampoco a la hora de criticar a los empresarios por no sustituir horas por contratos. Recuerda que Confebask nunca le precisó en qué empresas están los 18.000 empleos especializados que dijo que había sin cubrir en Euskadi, y reitera que para formarlos existen cursos de formación a la carta, con una subvención del 100% del coste, condicionados a la contratación.

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