Consumo limitará los ultraprocesados en hospitales y residencias de mayores: solo una o dos veces por semana
Los menús infantiles deberán excluir los alimentos insaludables por completo y los edificios públicos deberán contar con fuentes de agua potable gratuitas


El Ministerio de Consumo quiere poner freno a la presencia de alimentos ultraprocesados y frituras en los centros públicos, como hospitales, residencias de mayores y universidades. Según el texto del real decreto anunciado este jueves por el ministro Pablo Bustinduy durante la entrega de los Premios Estrategia NAOS, los ultraprocesados y las frituras solo podrán servirse hasta dos veces por semana en centros con pensión completa y régimen residencial. En el caso de desayunos y meriendas, el límite será de una vez por semana. Los menús infantiles, además, deberán excluirlos por completo. El texto se somete desde hoy a consulta pública.
El acceso al agua potable será otro de los pilares de la regulación. Todos los centros incluidos deberán instalar fuentes de agua potable gratuitas, correctamente señalizadas y accesibles para las personas usuarias. La norma también afecta a las máquinas expendedoras. Al menos el 80% de los productos disponibles en las máquinas vending deberá ser saludable, y los ultraprocesados no podrán estar en las filas centrales o con mayor visibilidad. El texto establece, asimismo, la obligación de atender las necesidades individuales de las personas usuarias por motivos de salud, éticos o religiosos.
El alcance de la norma es amplio. Abarca desde museos, bibliotecas, universidades y centros deportivos hasta hospitales y residencias, así como centros públicos y privados que atienden a personas dependientes o con necesidades especiales, como residencias de mayores o centros de atención a mujeres víctimas de violencia de género. Durante el anuncio, Bustinduy ha subrayado que “la alimentación saludable debe ser una prioridad para los poderes públicos, que por tanto debe empezar en sus propias dependencias”. Según el ministro, “resulta incomprensible que la Administración permita que primen ofertas alimentarias insanas en colegios públicos, hospitales, residencias o cualquier otro espacio”.
La iniciativa se inscribe en un contexto de creciente preocupación científica por el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados. El pasado noviembre, la revista The Lancet publicó una serie de revisiones científicas y un editorial firmado por 43 expertos en los que se alertaba de este fenómeno a escala global. El documento habla de un “cambio de paradigma alimentario”, impulsado “por el afán de lucro empresarial y no por la nutrición ni la sostenibilidad”. En España, según el estudio, el consumo de ultraprocesados se ha triplicado en las dos últimas décadas, al pasar del 11% al 32%. Los autores reclamaban una mayor implicación de los gobiernos para frenar esta tendencia.
El ministerio advierte de que cerca del 80% de los niños consume productos insaludables de forma habitual y denuncia la elevada exposición a la publicidad de comida poco saludable: “reciben hasta 11 impactos publicitarios diarios de este tipo de productos”, según datos del departamento. Para responder a este problema, Bundistuy ha anunciado que el próximo paso del ministerio será la regulación de la publicidad de alimentos insanos destinada a niños y adolescentes.
La medida no está aislada. En abril, el ministerio ya había puesto en marcha el real decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles aprobado en abril de 2025, que garantiza cinco comidas saludables a la semana en los colegios y fomenta el consumo diario de frutas y verduras frescas, en consonancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Para garantizar la aplicación de la norma, el real decreto fijará criterios mínimos de calidad nutricional y sostenibilidad en todos los centros públicos. Se promoverá que las comidas se elaboren en cocinas propias y se basen en alimentos frescos. Al menos el 90% de las frutas y hortalizas deberá ser de temporada y un 10% proceder de circuitos cortos y producción ecológica. En los centros educativos, el objetivo será que el 100% de las comidas sean saludables.
Además, Consumo ha señalado que se realizarán cribados nutricionales en hospitales y centros residenciales para prevenir y detectar de forma precoz situaciones de desnutrición o riesgo nutricional. A partir de estos análisis, se impulsarán planes de atención nutricional personalizados, se informará a las personas usuarias de los resultados y de las medidas adoptadas, y se les facilitarán indicaciones al alta.
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