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Presión sobre el flanco más débil del Ejecutivo

La oposición se está hartando de meterle goles al Gobierno en cuestiones relacionadas con la educación, uno de sus flancos más débiles ante la ausencia de EH del Parlamento. La política educativa ha sido tradicionalmente punto de fricción entre nacionalistas y no nacionalistas. Populares, socialistas y Unidad Alavesa aseguran que algunos centros educativos utilizan libros de texto para adoctrinar a los alumnos en el nacionalismo con el beneplácito del Ejecutivo. Con este panorama, era previsible que la oposición aprovechara a conciencia la marcha del aliado del Gobierno para ganar una proposición tras otra en la Cámara de Vitoria. La última vez que el Gobierno consiguió salvar una votación decisiva fue el 18 de mayo, cuando EH llegó a la comisión en el último momento y desbarató con su voto una iniciativa del PSE que abogaba por una profunda reforma del Mapa Escolar, el documento sobre el que se asienta la organización de la enseñanza en Euskadi. En aquella ocasión, el Departamento de Educación se libró de una buena, pero fue la última. A partir de ahí ha encajado una derrota tras otra sin solución de continuidad.

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La primera iniciativa de entidad de la oposición que prosperó fue la que instaba al Gobierno a diseñar un plan educativo contra la violencia. La propuesta llegó a la Cámara tras los violentos incidentes ocurridos el 11 de mayo pasado en el campus universitario de Sarriko, donde nueve encapuchados armados con palos y barras de hierro irrumpieron en la Facultad de Económicas y Empresariales de Bilbao para realizar pintadas a favor de ETA. El texto aprobado entonces urge al consejero Oliveri a adoptar un programa de medidas urgentes para hacer frente a la desestabilización que sufre la enseñanza.

A finales de junio el Parlamento exigió a la consejería que proteja la enseñanza del castellano en los cursos de primaria, ya que la mitad de los niños del modelo D no estudia la lengua española entre los 6 y los 8 años.

La penúltima victoria de la oposición, y una de las más sonadas, se produjo el 20 de octubre, cuando los partidos no nacionalistas se unieron para exigir al Gobierno de Ibarretxe la revisión de los contenidos de los libros de historia y para que solicite a la Academia de la Historia la elaboración de un informe sobre la manera de impartir esta asignatura en el País Vasco.

El último capítulo se escribió hace una semana. En esta ocasión le tocó el turno al sistema de euskaldunización del profesorado. Según la oposición, el actual sistema de examen único es "injusto" con los profesores, por lo que reclamaron la introducción de la evalución continua.

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