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Los estudiantes de arquitectura se rebelan contra la enseñanza que reciben Los futuros licenciados se quejan de masificación y de la falta de interés de los docentes

Los estudiantes de las dos únicas escuelas de arquitectura de Andalucía, la de Sevilla y la de Granada, han decidido que no aguantan más. En Granada, alumnos y profesores consideran "caótica" la situación. Los estudiantes, que creen "disparatado" el nivel de exigencia académica, no van a las clases en las que no hay sitios libres. En Sevilla, los alumnos de 2º y 3º llevan varios días de huelga porque, según ellos, el nuevo plan de estudios, aprobado en 1998, no se lleva adelante como debiera. También culpan a los profesores de "incompetentes" y faltos de estímulo para esa nueva organización de la carrera.

Masificación

La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada se creó hace pocos años, en 1993-94 y desde entonces, no acaba de encontrar la paz. Estudiantes y docentes están de acuerdo en que la escuela es un caos, "tanto por falta de infraestructuras como por la nula planificación académica". En lo académico, los alumnos se quejan de unos planes de estudio con un nivel de exigencia "disparatado". Cada curso ingresan 225 nuevos alumnos y ya deberían haber acabado dos promociones; sin embargo, de un máximo de 450 hipotéticos licenciados, sólo 20 estudiantes han salido con su título bajo el brazo de esa Escuela.Otra de las quejas de los estudiantes es la escasa dedicación de los profesores, arquitectos en ejercicio que prestan más atención a sus gabinetes que a la enseñanza. La mayoría, según algunos alumnos, acumulan las horas lectivas correspondientes a una semana en un solo día y no imparten tutorías. Otros estudiantes denuncian en voz baja enchufismo: "Si eres hijo de alguien de la profesión, las buenas notas están aseguradas".

En Sevilla, la Escuela lleva bastantes más años funcionando y, sin embargo, tampoco acaban de encontrar la tranquilidad. En 1998, el plan de estudios entonces vigente, de 1975, se cambió por uno más actualizado. Los alumnos que empezaron con ese plan y que ahora están en segundo y tercer curso no están conformes con su aplicación. Las buenas intenciones de ese nuevo diseño, plasmadas básicamente en una nueva asignatura llamada Aula de Arquitectura -que englobaría trabajos prácticos de distintas facetas del trabajo de un arquitecto y que, en principio, resulta muy interesante para los estudiantes por su carácter interdisciplinar- no se lleva a cabo como es debido. Por eso, más de 500 alumnos no van a clase desde hace días y ayer organizaron una sentada en la puerta de su centro mientras la Junta de Escuela se reunía. Por cierto que en la Escuela sevillana no ha pasado mucho desde la última protesta estudiantil. En abril del año pasado, los alumnos se quejaron de " incompetencia" del profesorado y de los "malos tratos" que los docentes ejercían sobre ellos.

El número de alumnos en ambas facultades tampoco pone las cosas fáciles para la docencia: 4.500 estudiantes en Sevilla y 1.300 en Granada. La carencia de espacio ha provocado que en Granada se llegue a 180 alumnos en aulas donde sólo caben 100. Hartos de recibir en pie las clases, los estudiantes han decidido abandonar y suspender aquéllas en las que la aglomeración convierte la asistencia a clase en un martirio. Desde su creación, la Escuela granadina ha pasado por cuatro edificios diferentes, compartidos en las tres primeras ocasiones con otras licenciaturas. En 1995 se trasladó a su actual ubicación, el Palacio del Almirante de Aragón, del siglo XVI. La comunidad docente y estudiantil coinciden en que este edificio no se adecúa a las necesidades y atribuyen "al empeño" por restaurarlo de Gallego gran parte de las carencias.

Para su rehabilitación, la Universidad convocó un concurso internacional en el que se repartieron ocho millones de pesetas entre cuatro proyectos premiados.El proyecto elegido está aún pendiente de ejecución. Según Gallego, se necesitan 1.400 millones de pesetas. El director dice desconocer cuándo comenzarán las obras, pero asegura que el edificio podrá dar respuesta a las necesidades del centro. Algo que alumnos y profesores ponen en duda.

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