La paz como asignatura
"Nosotros los pacifistas somos los realistas", proclamó el profesor Vicent Martínez Guzmán, de la Universidad de Castellón, uno de los ponentes de las Jornadas de Investigación para la Paz que se celebró el pasado fin de semana en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Una declaración de principios que define perfectamente el espíritu de la Escuela de Cultura de Paz, de la Cátedra Unesco sobre Paz y Derechos Humanos, bajo cuyo amparo se celebraban estas jornadas. La inscripción superó las 250 personas, evidencia de la importancia que este tipo de estudios está adquiriendo en el mundo académico.¿Qué son los estudios sobre la Paz? ¿Qué perfil tienen quienes los siguen? Esta institución creada en 1996, y cuyo titular es Vicenç Fisas, sería un buen ejemplo del estado de la cuestión, porque además de jóvenes militantes contra el proceso de globalización recién llegados de Praga y que hubieran querido estar en Seattle, y viejos militantes marxistas resucitados en el antiliberalismo, ha surgido un nuevo modelo de joven idealista y pragmático al mismo tiempo, que sabe que, como explica Fisas, se puede definir la maldad del presente y la bondad absoluta de un futuro utópico, "pero que lo realmente importante es dar el primer paso para recorrer el camino entre estos dos puntos".
La institución que dirige Fisas, alma máter de este proyecto, ha sabido catalizar y protagonizar la extensión de esta nueva disciplina: los estudios sobre la Paz, convirtiendo esta Cátedra Unesco en uno de los más célebres focos intelectuales y de reflexión política de la actualidad. Lo que, probablemente, en sus inicios estaba destinado por las autoridades académicas a no ser más que un simple despacho representativo, se ha convertido en una de las asignaturas más prestigiosas del campo de las ciencias sociales en la UAB. La asignatura puede ser elegida como uno de los créditos optativos para cualquier carrera y se cuentan por centenares quienes los han hecho desde hace cuatro años, especialmente desde Derecho, Políticas, Económicas y Sociología, aunque también lleguen de casi la totalidad de titulaciones que imparte la UAB.
El éxito ha propiciado ahora la creación de una diplomatura de la Cultura de la Paz que se imparte este curso por primera vez con una duración de 200 horas lectivas que corresponden a 20 créditos. La oferta era de 70 plazas que se llenaron inmediatamente pese a que el coste de la matrícula era de 120.000 pesetas. Para obtener el diploma se exige disponer de una licenciatura o diplomatura. Si se acredita experiencia y conocimientos sobre el tema, también se puede cursar, aunque sólo se obtiene un certificado de asistencia.Sirva un vistazo al programa para sacar una idea de cuáles son los contenidos de estos estudios. Bajo epígrafe de Los conflictos y la cultura de la violencia, se estudian las raíces y las manifestaciones de la cultura de la violencia, tales como el patriarcado y la violencia doméstica; se analiza el papel de los medios de comunicación y se valora la influencia de los conflictos interculturales, así como de las agresiones al medio ambiente.
"Hay una gran diferencia entre impedir la guerra y conseguir la paz", piensa Fisas, que pone como ejemplo que las tropas de interposición que actualmente hay en los Balcanes o en otros lugares lo que hacen es impedir la guerra, pero no construyen la paz. Pero para construir la paz es necesario dotarse de conocimientos culturales y sociológicos, así como analizar experiencias para poder establecer las redes que hagan posible la convivencia.
El segundo epígrafe de la diplomatura se titula precisamente Transformación de conflictos: construir la paz en las sociedades divididas. Los alumnos analizan el posconflicto y la reconciliación, empezando por los procesos de desmovilización. Del mismo modo se estudian los sistemas para prevenir conflictos por medio de la negociación y la mediación.
La diplomatura incluye una parte sobre lo que llama "la cultura profunda de la paz", en el sentido de educar para la paz, para el diálogo social y la ciudadanía, sin olvidar las claves para intentar establecer el diálogo entre religiones, una de las fuentes actuales de conflictos bélicos. La construcción de la paz incluye tratar el tema de los derechos humanos, las variables de la gobernabilidad democrática y la búsqueda de soluciones a los problemas derivados de la pobreza y el desarrollo.
La Cátedra Unesco se ha mostrado especialmente activa en lo referente a los nuevos planteamientos de seguridad, desarme y desmilitarización, que también ha incluido en la diplomatura. En los últimos años, Fisas y su equipo han realizado un constante análisis de los gastos militares, publicando datos comprometedores para el Ejecutivo e intentado presionar para la reducción o al menos para el control de las ventas de armamento.
La Cátedra Unesco se ha dotado de un cierto número de becas, provinientes algunas de la Generalitat y otras del Ayuntamiento de Barcelona. Queda en el aire cuál será el futuro profesional de estos estudiantes. De momento no hay una intención profesionalizadora, pero es evidente que en el campo de la gestión de crisis este tipo de formación será de una enorme utilidad. Entonces el bagaje idealista tendrá que enfrentarse a la realidad.
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