Helicópteros y tanques israelíes atacan el pueblo de Beit Yala

El Ejército israelí bombardeó ayer por la noche con el pueblo de Beit Yala (8.000 habitantes), situado a las puertas de Jerusalén. La operación fue desencadenada como represalia por los disparos efectuados momentos antes por francotiradores palestinos contra la población judía del barrio cercano de Gilo, un antiguo asentamiento absorbido por la Ciudad Santa en el que viven más de 35.000 personas, y que está situado a poco menos de dos kilómetros en línea recta de Beit Yala.El ataque fue efectuado por helicópteros, que sobrevolaron la población y lanzaron intensas ráfagas de ametralladora y misiles. En el ataque participaron también los tanques que desde hace tres semanas están apostados en un flanco de la colina de Gilo, apuntando permanentemente a las casas de Beit Yala. La operación de castigo se extendió sobre el campo de refugiados cercano de Haida, a las espaldas de la Tumba de Raquel, un lugar de culto judío custodiado por las fuerzas israelíes y escenario de continuos enfrentamientos.

Los responsables de las tropas israelíes y las autoridades palestinas no facilitaron ayer por la noche cifras de víctimas ni información de los daños causados por el ataque, aunque testigos presenciales aseguran que fueron destruidas numerosas casas.

Portavoces militares israelíes recalcaron que antes de que se iniciara la operación bélica impartieron ordenes a la población de Beit Yala a través de altavoces para que abandonaran sus viviendas y buscaran refugio en la cercana ciudad de Belén. "Destruiremos cada casa de la que salga un disparo contra la población de Gilo", advirtió a primera hora de la mañana el coronel Marcel Aviv. El militar afirmó en el ultimátum que Israel no repararía en medios y que estaba dispuesta a utilizar todo tipo de armas para poner fin al acoso que sufren los vecinos judíos de Gilo por parte de los francotiradores palestinos.