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Hallados en una cuneta de Italia seis inmigrantes muertos en un camión

La carretera de Foggia (en el sur de Italia) fue escenario ayer de la enésima tragedia protagonizada por inmigrantes clandestinos. Los cadáveres de seis hombres, supuestamente kurdos-iraquíes, fueron localizados por un automovilista, amontonados en la cuneta, semidesnudos entre restos de basura. La muerte por asfixia avala la hipótesis policial de que fueron arrojados del camión que les transportaba cuando el conductor se dio cuenta de que habían muerto.

La tragedia de Foggia, similar a la ocurrida en Dover hace unos meses, en la que fallecieron 58 inmigrantes chinos transportados como ganado en un camión frigorífico, da idea de la brutalidad con la que se desarrolla uno de los negocios más lucrativos de nuestro tiempo, el tráfico de personas. Italia, frontera con el Este depauperado, adonde llegan miles de fugitivos desde Turquía o desde las vecinas Eslovenia y Croacia, se ve impotente para hacer frente al aluvión de desesperados.Cinco de los cadáveres abandonados estaban amontonados en un lado de la cuneta, en una de las áreas de descanso de la carretera; el sexto, que tenía el cráneo fracturado, se encontraba en un campo vecino. Se ignora si los seis hombres eran las únicas personas que transportaba el camión procedente de Grecia y desembarcado el martes en alguno de los puertos de Puglia (sur) o si les acompañaban otros clandestinos más afortunados que habrían avisado al conductor de lo que ocurría.

Las seis víctimas carecían de papeles de identidad, aunque la policía localizó entre la ropa de uno de los fallecidos (todos entre los 20 y los 40 años) un permiso de estancia en Grecia, redactado a nombre de Moustafá Amir, de 22 años, kurdo-iraquí, como, presumiblemente, sus cinco compañeros de infortunio.

La policía busca un camión de grandes dimensiones y con remolque (a la vista de las huellas dejadas sobre el terreno), que podría transportar algodón, restos del cual estaban adheridos a los cuerpos. La búsqueda se concentró en la región del Abruzzo, al norte de Puglia, donde existen numerosas fábricas textiles.

Por su parte, el fiscal de Foggia Alessandro Galli abrió un procedimiento judicial por homicidio premeditado contra su conductor, en paradero desconocido.

El examen médico inicial (a la espera de la autopsia que se practicará hoy en el hospital de Foggia) ha permitido establecer que las contusiones que presentaban los cuerpos de los seis inmigrantes fueron provocadas al caer, pero, en el caso de uno de ellos, todo apunta a que fue arrollado, una vez muerto.

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El fallecimiento por asfixia fue consecuencia del enclaustramiento en el que viajaban y ocurrió la noche del martes, probablemente mientras el camión atravesaba el mar en un ferry.

El puerto de Patrasso, en Grecia, es uno de los más utilizados por las mafias. Normalmente, lo hacen en grupos no muy numerosos y en condiciones inhumanas.

El precio de uno de estos viajes de pesadilla es de unas 200.000 pesetas para los kurdos que desembarcan en Italia procedentes de Turquía o Irak. En Italia viven 180.000 ilegales, según el informe presentado ayer por Cáritas. La cifra de inmigrantes regulares es de 1,5 millones.

El flujo incesante de kurdos hacia Italia ha estado marcado por otras tragedias. En noviembre de 1999, 14 inmigrantes kurdos murieron asfixiados en el incendio que se desencadenó en un barco que les transportaba desde el puerto de Patrasso a Ancona, en la costa adriática. Todos viajaban escondidos en furgonetas o camiones y no pudieron ponerse a salvo.

Un mes antes, cuatro inmigrantes asiáticos fueron hallados muertos en una carretera cerca de Mantua (norte de Italia), abandonados por el conductor del camión que les transportaba clandestinamente, y en el que murieron asfixiados.

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