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La cuota, la carta, la génesis y el engaño de Pulgarcito

No todo iban a ser disgustos. El programa de Ana Rosa Quintana en Antena 3, Sabor a ti, ha aumentado su cuota de pantalla de un 24% a un 26% desde que estalló el escándalo, el pasado lunes, 9 de octubre, cuando la presentadora eligió achacar el flagrante plagio a Danielle Steel, en directo y ante las cámaras de su espacio televisivo, a un error informático. Aquella declaración disparó los rumores sobre la autoría real de Sabor a hiel, vendida a los cuatro vientos como una visión femenina y progresista del problema de los malos tratos a mujeres.

El editorial de Interviú, ayer, se titulaba El negro de Rosa está rojo, en probable referencia a David Rojo, periodista y novelista. Rojo publicó en 1999, con Plaza & Janés, la novela El dilema del prisionero. En enero, publicará su nuevo libro, A Pulgarcito nadie le engaña.

David Rojo es el ex cuñado de Ana Rosa Quintana, quien estuvo casada con el escritor y periodista Alfonso Rojo. David se llama, a su vez, el amante de Adriana, segundo personaje masculino de Sabor a hiel.

Según fuentes editoriales, la novela de Quintana se gestó precisamente en Plaza & Janés. Esas fuentes dicen que Plaza se la encargó, que Planeta se enteró y fue a por ella. Que hubo un forcejeo de dinero y que, finalmente, triunfó Planeta. Para entonces, afirman esas fuentes, la novela estaba ya casi terminada.

Curiosamente, al realizar las entrevistas de promoción de la novela, Quintana fue preguntada por una frase de su libro que resultó ser una de las copiadas del libro de Ángeles Mastretta: "Se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota". La presentadora no atribuyó para nada la autoría a la escritora mexicana: "Sí, cuando te enamoras eres una idiota. Pero es una situación temporal".

"Claro, es temporal: dura hasta que te plagian", ironiza Mastretta por teléfono desde México. "Pobre Ana Rosa", añade. "Parece que encargó el libro, ¿no? Es bonito que ahora todo el mundo quiera ser escritor. Antes, las mujeres querían ser actrices, presentadoras de televisión, pero ahora parece que escribir da dinero...".

Entre bromas y veras, Ángeles Mastretta define Mujeres de ojos grandes como "un libro muy generoso. Se ha vendido mucho, 200.000 ejemplares en todo el mundo en 10 años. Lento, pero seguro; desde luego, no tan deprisa como el de Ana Rosa".

Ayer, Interviú publicó la carta de una lectora malagueña de Quintana, fechada el 19 de junio y escrita en ordenador, que alertó a la periodista de que en su novela había un párrafo calcado a otro del libro de Mastretta. Al parecer, Quintana decidió esperar y ver. Ahora quizá afronte tiempos duros: la pena máxima por el delito de plagio con ánimo de lucro es de seis meses a dos años de cárcel.

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