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Hezbolá anuncia el secuestro en Suiza de un coronel israelí

La guerrilla libanesa del Hezbolá, en un audaz golpe, más propio del servicio secreto israelí, anunció ayer, a través del jeque Hasan Nasralla, el secuestro en Suiza de un coronel de la reserva del Ejército de Israel, al que acusa de pertenecer al Mosad. El primer ministro de Israel, Ehud Barak, negó anoche toda vinculación de este militar con el espionaje de su país.La captura del coronel Hanan Tonenbaum se produjo hace 12 días en Lausana (Suiza). El grupo guerrillero, tras una larga peripecia, cuyos detalles no ha revelado, consiguió trasladar al militar hasta Líbano, donde ahora se halla retenido.

Según Hezbolá, el secuestrado residía legalmente en Suiza como empleado de una empresa electrónica de alta tecnología y capital israelí, una tapadera de sus verdaderas funciones.

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El nuevo secuestro ha colocado a Barak en una situación complicada; hace unos seis meses, la policía suiza detuvo a un agente del Mosad cuando instalaba aparatos de escucha telefónica en las líneas de ciudadanos libaneses. El agente, que formaba parte de un comando, fue juzgado y condenado, pero las presiones israelíes lograron su libertad provisional y vuelta a Israel.

La noticia del secuestro fue confirmada ayer por el Ministerio de Defensa israelí en una alambicada nota en la que asegura que el rehén es un reservista del Ejército que "se hallaba en el extranjero por su propia iniciativa y por razones personales". El poderoso aparato de propaganda de Hezbolá difundió la noticia, con su versión, por su cadena de televisión, Al Manar.

Este rocambolesco secuestro se produce unos días después de que Hezbolá consiguiera otro logro para sus fines con la captura de tres soldados israelíes, por cuya liberación exige la libertad de todos los presos de la organización en Israel; la de los prisioneros palestinos; la devolución de un número indeterminado de cadáveres y noticias sobre lo ocurrido en 1982, durante la invasión de Líbano, con cuatro iraníes sacados por el Ejército de Israel de la embajada de ese país. Ese maximalismo en las peticiones hace pensar, según los expertos, en una larga negociación.

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Tras este segundo golpe en solo una semana, Israel envió a sus aviones de combate a sobrevolar las principales ciudades de Líbano; un claro recordatorio a la población del país vecino de que aún están bajo la amenaza de una represalia. De hecho, en la zona sur de Líbano han desaprecido las banderas de Hezbolá de las casas y los milicianos de esta organización evitan moverse de día con la misma libertad de hace un par de semanas, antes de la crisis de la Intifada.

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