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MEDIO AMBIENTE

España perderá miles de millones de la UE si no se aprueba el Plan Hidrológico

Medio Ambiente ha encargado a expertos universitarios que estudien el documento

España dejará de recibir miles de millones de pesetas en ayudas europeas si no se aprueba a tiempo el Plan Hidrológico Nacional. Si se retrasa demasiado y no se ponen en marcha antes del año 2006 muchas de las infraestructuras que propone, se perderá la última ocasión de recibir fondos europeos para financiar su ejecución. Los expertos atribuyen el rechazo del PSOE y Aragón a un error estratégico del Gobierno por no haber consensuado el plan previamente, pero se extrañan de que los socialistas muestren la misma hostilidad que el PP cuando criticaba el plan de José Borrell.

El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, un hombre de semblante jovial y diplomático, mostró un rostro extremadamente sombrío el pasado miércoles al concluir su entrevista con el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. El encuentro sólo sirvió para trasladar al Gobierno de Madrid que la región aragonesa se ha convertido en una piña contra el Plan Hidrológico Nacional, como se puso de manifiesto el pasado domingo en Zaragoza.La reacción aragonesa ha dejado helado al ministro. Entre los más de 80 integrantes del Consejo Nacional del Agua, donde están representadas las comunidades de regantes, autonomías y expertos cunde el pesimismo a la vista de este rechazo y de las últimas manifestaciones del PSOE a través de su portavoz federal de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que pide su revisión.

Fuentes de este organismo consultivo temen que si el proceso no se reconduce, España perderá decenas de miles de millones de pesetas en ayudas europeas. El plan recoge cientos de actuaciones en infraestructuras hidráulicas, además de los trasvases, que podrán financiarse con fondos europeos siempre que se tramiten antes de 2006. En ese año finalizan este tipo de ayudas de las que tanto se ha beneficiado el país. Si para entonces no se han puesto en marcha, esa posibilidad se perderá.

Entre los expertos del Consejo Nacional del Agua consultados llama la atención que siete años después de que el PSOE presentara el primer proyecto de plan hidrológico, el que propone ahora el PP se despacha desde el PSOE casi con la misma hostilidad que Loyola de Palacio dedicó al plan de José Borrell. Éste preveía trasvases anuales de 3.800 hectómetros cúbicos entre varias cuencas, mientras el del PP se reduce a un solo trasvase del Ebro a Barcelona y sureste.

La ex portavoz adjunta parlamentaria del PP exigió que el plan se presentara con un Plan Nacional de Regadíos para conocer dónde se gastará el agua, pero el Gobierno del PP ni lo ha presentado ni se ha comprometido a hacerlo. Ha caído en las mismas trampas dilatorias que diseñó para torpedear el plan Borrell. "Se utiliza como bandera política, no se discute su contenido", dice un consejero, que pide mantener el anonimato.

Otro consejero del sureste califica el plan de "razonable, sensato y prudente; un plan de mínimos si se le compara con el del PSOE, que preveía una red de conexión entre cuencas". Sin embargo, reconoce que el Gobierno ha cometido un enorme error de estrategia al no haber consensuado previamente el plan con la oposición.

"El plan es una cuestión tan de Estado como el terrorismo. La única manera de sacarlo adelante es que el Gobierno se encierre en un monasterio durante una semana con el PSOE y un grupo de técnicos para negociar un acuerdo de mínimos", añade la misma fuente, que entiende la protesta de los aragoneses: "En vez de vender tantas veces el Pacto del Agua, el Gobierno debería haber empezado por poner los ladrillos y atender las demandas razonables prometidas muchas veces sobre el papel".

Entretanto, el Ministerio de Medio Ambiente ha encargado a media docena de expertos universitarios un informe sobre el plan que deberán entregar a mediados de noviembre. Uno de estos expertos contempla asombrado las manifestaciones cruzadas sobre el plan de aragoneses, catalanes, valencianos o murcianos, incluso entre familias de la misma adscripción política. "Está claro que todos tienen razón, su razón, pero tendrán que sentarse para llegar a un acuerdo", dice, tras valorar el plan de "riguroso, meditado, tradicional y carente de imaginación". Para este experto, el cruce de reacciones al plan es como "un partido de fútbol sin reglas y sin árbitro".

El equipo de casa ha cerrado filas disciplinariamente. El próximo jueves, el secretario general del PP, Javier Arenas, presidirá en el Palacio de Congresos una jornada de divulgación. Cristina Narbona, por su parte, afirma que si es preciso acudirá a Valencia, Murcia y Almería a explicar a sus compañeros socialistas por qué no convence en Ferraz el plan del PP.

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