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Alemania insiste en que la UE reconozca su mayor peso demográfico

Pilar Bonet

Alemania insiste: la Unión Europea (UE) debe reconocerle su peso demográfico en la reforma de la ponderación del voto. En vísperas de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de Biarritz, el canciller federal, Gerhard Schröder, manifestó ayer que el número de habitantes será un elemento central y expresó su confianza de que se alcanzará lo que denominó un "compromiso razonable".

Schröder se mostró partidario de reforzar la Comisión Europea, pero advirtió de que ésta debe concentrarse en su trabajo y mantenerse al margen de las tareas que pueden ser resueltas a escala nacional. Refiriéndose al diseño de la próxima Comisión, Schröder dijo que no debería ser demasiado grande, pero mostró reservas sobre la posibilidad de imponer el criterio en una reforma institucional que tendrá que ser adoptada por unanimidad.Dejar o no dejar volar a Alemania y a qué altura es uno de los asuntos de fondo que deberán resolver los países de la UE para asegurarse de que la Conferencia Intergubernamental (CIG), que se celebrará en Niza en diciembre, saque adelante la reforma institucional necesaria para admitir a nuevos miembros a partir del año 2003.

"La población cuenta y hay que adaptarse a las realidades demográficas. Alemania mostrará contención, pero también va a exigir que se actúe con ecuanimidad donde esté indicado", señalaron los medios gubernamentales alemanes. Berlín, afirmaban, quiere que la reunión de Biarritz permita dar un "impulso" a la conferencia de Niza. Las cuestiones a debate son los llamados left overs; los restos pendientes en Amsterdam en 1997: reponderación del voto de los países miembros, votaciones por mayoría cualificada en el Consejo y número de comisarios. Además, están las cooperaciones reforzadas; es decir, la posibilidad de que varios países de la UE se unan para avanzar en un campo concreto sin depender de los demás.

Berlín insiste en que su condición de país más poblado de la UE (82 millones de habitantes) tenga consecuencias en el reparto de los votos. A Francia (59 millones), que ejerce la presidencia, le cuesta admitir un peso superior de Berlín en el Consejo y que el eje franco-alemán se desequilibre en favor de su vecino.

Alemania ha caminado con pies de plomo para no zaherir la susceptibilidad de su vecino a la hora de redefinir el peso específico de los miembros de una UE ampliada que, con hasta 30 países, tendría 535 millones de habitantes.

Alemania con Francia, Reino Unido e Italia, forma hoy el grupo de los grandes, que poseen 10 votos respectivamente en el Consejo (España, ocho). Como el sistema de ponderación de voto no se ha alterado desde 1973, las sucesivas ampliaciones han ido reduciendo el peso específico de los países grandes y lo rebajarían todavía más en el futuro, si no se logra antes un nuevo equilibrio.

Las fórmulas que se barajan para mantener el peso específico de los grandes son diversas; entre ellas figura una doble mayoría que añada al peso de los votos de los Estados el factor demográfico o mecanismos de corrección. Uno de ellos, mencionado por diversos medios diplomáticos, podría ser el de dar a Alemania 33 votos, mientras Reino Unido, Italia y Francia tendrían 30 cada uno y España, 27. La fórmula pretende que tres países grandes tengan siempre la posibilidad de bloquear cualquier alianza de los demás. "Hay que evitar las mayorías casuales", afirman.

La unanimidad

En el tratado de la UE hay cerca de 70 asuntos sobre los que se decide por unanimidad. Alemania trata de reducir la lista a 15 temas y transferir al capítulo de decisiones por mayoría cualificada a cuestiones como los impuestos, el comercio exterior, los fondos estructurales y el fondo de cohesión, la seguridad y la política exterior (con excepción de la defensa), el medio ambiente y la política industrial, entre otros.Otros países han menguado también las listas de asuntos que desean decidir por consenso, pero los inventarios no coinciden, y eso afecta a Alemania y Francia. Medios gubernamentales alemanes consideran que en este punto la posición de España es "constructiva" y "alentadora".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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