Vizcaya respalda con un sondeo su futuro impuesto por verter la basura

La Diputación vizcaína sigue con su iniciativa de implantar el primer impuesto en España por depositar la basura en los vertederos. Ayer presentó una encuesta de opinión para respaldar esta medida, prevista para el próximo año, que muestra el apoyo de un 59% de los vizcaínos debido a su efectividad en la recogida selectiva de residuos. La diputada de Medio Ambiente, María Esther Solabarrieta, defiende esta tasa como una actuación persuasiva al vertido masivo de la basura doméstica.

El nuevo impuesto de la basura, que deberán pagar ayuntamientos, hosteleros, grandes centros de distribución y otros sectores, como los comedores escolares y de empresa, se utiliza en varios países europeos con un coste que oscila entre las 1.000 pesetas por tonelada en Francia, las 1.600 en el Reino Unido o las cerca de 5.000 en Holanda y Dinamarca. Aunque todavía no se ha establecido la cuantía en Vizcaya, las autoridades forales barajan una cifra cercana a las 1.000 pesetas por tonelada de basura (el consumo anual de un hogar de tres personas).El objetivo es reducir el ingente volumen de basura, que en Vizcaya ronda el millón de toneladas anuales entre la bolsa doméstica, los desechos de la industria o el comercio y los inertes. Una directiva de la Unión Europea establece que la gestión de la basura mediante el depósito en vertederos debe reducirse gradualmente. Ahora, el territorio vizcaíno deja en los basureros el 70% de sus desechos, cuando hace seis años alcanzaba el 94%.

La diputada de Medio Ambiente, que pretende regular este impuesto en una ley foral, presentó ayer el primer sondeo de opinión sobre este asunto y, según los datos, tiene el respaldo de más de la mitad de los vizcaínos. La encuesta, realizada en julio pasado por teléfono a 1.123 personas, concluye que el 58,9% apoyaría un nuevo impuesto de basuras, mientras que un 21,1% de los encuestados se muestra contrario, mayoritariamente por dos razones: que "no es justo" y que "pagamos ya muchos impuestos".

El sondeo revela también que seis de cada diez vizcaínos cree que el cobro de esta tasa sería efectiva para incrementar la recogida selectiva de residuos, mientras que el 18% que no lo ve beneficioso argumenta la dificultad de concienciar a la gente y la falta de sensibilidad medioambiental.

En la presentación de los datos, María Esther Solabarrieta incidió en que el gestor de un vertedero "debe gestionarlo no sólo por el tiempo de la vida útil, sino que una vez clausurado tiene que hacerse cargo por un periodo de 25 años".

Los cálculos de la Diputación cifran en cerca de 1.000 millones anuales la recaudación que se obtendría, que irían a un fondo ambiental destinado sólo a este fin, como la promoción del reciclaje y la reutilización o la recuperación de vertederos incontrolados.