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Barak y Arafat logran un principio de acuerdo para poner fin a los enfrentamientos

Un encuentro de cinco horas entre la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright; el primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, evitó ayer otro fracaso. La reunión de París finalizó con un principio mínimo de acuerdo, sobre la base de un repliegue del Ejército israelí y un compromiso para que los manifestantes palestinos no se acerquen a los escenarios más conflictivos. Arafat insistió en que no firmará un documento hasta que no se acuerde una comisión internacional que aclare el origen de los choques. Está previsto que hoy sigan discutiendo el acuerdo en Egipto.

Toda esta diplomacia de la urgencia se desarrolló en unos pocos kilómetros cuadrados, los que albergan la Embajada norteamerica en París y El Elíseo, la residencia del presidente francés. A tempranas horas de la mañana, bajo un cielo plomizo, Arafat y Barak se entrevistaron por separado y sucesivamente con el presidente de Francia, Jacques Chirac ( padrino del encuentro, junto a EE UU) y tanto el palestino como el israelí ofrecieron una impresión de gran firmeza, ahondando la brecha que ya les separaba y haciendo temer la ruptura de las conversaciones prácticamente antes de empezarlas. Fuentes de la delegación palestina aseguraron que la reunión se estaba desarrollando en una atmósfera "muy mala".

Arafat exigió el fin de la intervención del Ejército israelí garantías de protección para la población civil palestina y la formación de una comisión internacional para investigar la responsabilidad de las violencias. Por su parte, Barak rechazó categóricamente la formación de esa comisión, si bien fuentes diplomáticas indicaron que aceptaría un trabajo conjunto de altos mandos de las fuerzas de seguridad de su país y de la policía palestina para esclarecer lo ocurrido, con participación o supervisión norteamericana.

La comisión internacional ha sido una de las reivindicaciones constantes de los palestinos desde que comenzaron los enfrentamientos. De hecho, Arafat condiciona la firma de un acuerdo final a que se aclare bien el fondo y la forma de esa comisión.

El camino entre la Embajada estadounidense y El Elíseo fue hecho y rehecho varias veces por las caravanas de automóviles que conducían a Albright, Barak y Arafat, los protagonistas de esta cumbre, en un vaivén lleno de nervios.

Cuando a media tarde, cuatro horas después de lo esperado, Arafat y Barak iniciaban su reunión conjunta con Albright, los séquitos de las diplomacias implicadas relajaron el gesto y aguardaron expectantes.

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Reunión en Egipto

Mediada la maratoniana reunión, la secretaria de Estado telefoneó a Chirac para informarle sobre la marcha de las conversaciones, que fueron muy tensas y en las que la secretaria de Estado hubo de emplearse a fondo para impedir otra ruptura. Con estos datos, el jefe del Estado francés llamó al presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien ha convocado a las partes enfrentadas para hoy en la ciudad de Charm-el-Cheikh. El presidente francés le transmitió la esperanza de que las entrevistas de París "contribuyan a la distensión", según informó anoche la portavoz del Elíseo.

Todo parece prendido con alfileres y el propio Chirac, en una declaración de madrugada, no se ha atrevido a ir más lejos: ha valorado la cumbre de París como "un paso considerable" por haber logrado "el restablecimiento del diálogo".

En todo caso, el encuentro tripartito de Albright, Barak y Arafat para intentar un alto el fuego era el objetivo mínimo de Bill Clinton. Y también de Chirac, a quien Arafat agradeció la claridad de sus declaraciones del día anterior, en las que describió como "provocación irresponsable" la presencia del líder del Likoud, Ariel Sharon, el pasado 28 de septiembre en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Allí está el origen de las violencias que han asolado Gaza y Cisjordania durante los seis últimos días, con el saldo sangriento de 70 muertos, la mayoría de ellos, palestinos.

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