El archivo del Virgen del Rocío amontona en un estado lamentable 363.000 historias clínicas
El archivo del hospital maternal del complejo hospitalario Virgen del Rocío se halla en un estado lamentable. Las 363.000 historias clínicas acumuladas a lo largo de 30 años se montonan en carpetas en las que no cabe ni un papel más, se apilan en el suelo por falta de espacio, sufren la humedad que se filtra por las cañerías y, a veces, caen en los charcos. Los escombros y los gatos son el último obstáculo que tienen que salvar las trabajadoras de este servicio. Mientra tanto, desde la dirección del hospital se promete un edificio nuevo para antes de dos años en el que se se centralizarán todos los archivos.
"Esto es sólo el purgatorio, porque, si fuese el infierno, nos moriríamos aquí", asegura una administrativa, empleada en el archivo del hospital maternal del Virgen del Rocío. Claro que la situación podría ser aún peor. Según Eduardo Vigil, jefe del Servicio de Documentación Clínica del citado complejo hospitalario "tan sólo hace un año este archivo estaba imposible; hoy, al menos se puede trabajar en él". Vigil está esperanzado con el Centro de Documentación Clínica Avanzada (CDCA) que va a construirse antes de dos años. De este modo, el jefe de los archiveros del Virgen del Rocío espera que, "a lo sumo en dos años", se solucionen todos los problemas de almacenaje y gestión de los más de dos millones de historias clínicas que ahora mismo alberga, en seis archivos distintos, el citado complejo hospitalario.Pero la realidad, hoy por hoy, es muy distinta, y, esa realidad indica que, de momento, si las mujeres que acuden a diario a las consultas del hospital maternal supiesen a donde van a parar, y en qué condiciones, sus historias clínicas, probablemente no volverían por allí. Cuando alguna historia se pierde, que suele suceder casi todos los días, las seis personas que mantienen abierto el archivo de 8 de la mañana a 10 de la noche, incluidos sábados y domingos, "hacen batidas" según sus propias palabras, para tratar de encontrar el historial; pero casi nunca dan resultado. Entonces han de volver a empezar al día siguiente, con la consiguiente desesperación de pacientes y médicos.
También las radiografías que no se archivan en un primer momento en su historial correspondiente se amontonan en el suelo, al lado de los archivadores. "Si pasan unos días en el montón", ya no merecerá la pena buscarlas. Resulta menos complicado y más rápido hacerlas de nuevo", dice una de las encargadas del archivo que, como el resto de las compañeras, prefiere no dar su nombre. Las 40 historias diarias que se abren y las más de 500 que hay que buscar mantiene permanentemente desbordado al personal de este servico. Las seis empleadas que se reparten las 14 horas de apertura del archivo aseguran no dar a basto.
Escombros, charcos de agua, gatos escondidos entre las carpetas, insalubridad y falta de ventilación acompañan, en las dos plantas del sótano por las que se reparten los historiales, a 363.000 historias clínicas acumuladas a lo largo de tres décadas. Algunas siguen ahí, entre el polvo, olvidadas y ocupando un espacio imprescindible, sin que nadie se atreva a buscarle otra ubicación. El año pasado, ante esa falta perentoria de espacio, fueron retiradas unas 150.000 que llevaban más de una docena de años sin abrirse.
Las trabajadoras del archivo del hospital maternal se quejan de la desorganización existente, de lo insalubre del lugar y de las malas condiciones en las que deben desarrollar su trabajo. Las bajas laborales por dolores de espalda o por tirones musculares, e incluso por depresión, son constantes. La mayoría del personal es contratado y no aguanta en el servicio más que unos pocos meses; esto repercute a la larga en el funcionamiento de los archivos. "Todas intentamos salir de aquí cuanto antes", resume otra de las trabajadora.
La solución definitiva, según Vigil, llegará con la puesta en funcionamiento del CDCA. Según el jefe de Documentación, una historia clínica no es sólo la acumulación de papeles en los que se van añadiendo datos sobre un paciente. En ella se recoge también el saber y la reflexión de los médicos y la experiencia de muchos años. Esta es la filosofía con la que Vigil quiere resolver "de una vez por todas" los problemas que plantea el almacenaje y uso diario de las historias clínicas del Virgen del Rocío. Pero, mientras tanto, las 35.000 nuevas historias clínicas que el complejo hospitalario abre cada año sigue siendo un problema.
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