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Los ayuntamientos temen que un tercio de Cataluña quede fuera de la red del cable

Localret, consorcio que agrupa a 770 ayuntamientos catalanes y que impulsa el despliegue de las tecnologías de banda ancha en el territorio, teme que, del Eix Transversal para arriba, el despliegue del cable en Cataluña sea un mapa casi desierto. Numerosos alcaldes han manifestado su preocupación ante el riesgo de que más de un tercio de sus municipios no puedan subirse al tren de la modernización si los tentáculos de la fibra óptica sólo alcanzan a los grandes núcleos urbanos, que resultan más rentables para los operadores.

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"No queremos dividir el país en dos, que la tecnología que a unos les ya les llega lo haga en 18 o 20 años para otros", declara con inquietud Xavier Marcet, director general de Localret, cuyos ayuntamientos representan al 98% de la población de Cataluña.Esta inquietud ha llevado al consorcio a pedir a los distintos operadores -principalmente Telefónica, Menta, al-pi, Colt y el recién nacido Flash10.com- que le presenten los planes con los que piensan cubrir, al menos en el próximo año y medio, las necesidades de banda ancha en Cataluña o el acceso a servicios interactivos de voz, imagen y datos (Internet) a gran velocidad. Superponiendo dichos planes, Localret podrá delimitar las "zonas deficitarias" que pueden quedarse descolgadas de la Sociedad de la Información.

Marcet está habilitado por el Consejo de Administración de la entidad para "explorar todas las fórmulas posibles" para coser al resto del territorio las áreas menos dinámicas, las comarcas de Lleida y Tarragona.

Siempre en estrecha colaboración con el sector, fuentes del consorcio no excluyen coquetear con ninguna iniciativa: desde comprometerse a hacer la red como promotores hasta buscar acuerdos con compañías de servicios con redes aprovechables (gas, electricidad, agua...), pasando incluso por llamar a la puerta del Fondo de Cohesión de la Unión Europea. Recurrir, en última instancia, a capital público para llevar el cable a todo el territorio choca, a priori, con un negocio del cable que se ha dejado en manos privadas.

Unir por fibra óptica el conjunto de pueblos de Cataluña tendría un coste de entre 60.000 y 70.000 millones de pesetas, según las cifras que manejan los ayuntamientos. Pero esta cantidad sería inferior si se sacara partido a las redes de las compañías de servicios en algunos de los tramos.

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Reaprovechar la red

El primer llamamiento de Localret es a Telefónica, por el activo que supone el hecho de contar ya con 300.000 kilómetros de fibra óptica troncales y 80.000 kilómetros más dentro de ciudades, aparte del cable telefónico tradicional en todo el territorio. Fuentes de la operadora en Cataluña indican que "a corto plazo, nuestra apuesta es reaprovechar la red ya existente para ofrecer a núcleos de población industrial servicios con tecnología ADSL". Esta tecnología tiene una capacidad máxima de transmisión de información inferior a la del cable, además de algunas limitaciones a la hora de dar cobertura a todos los usuarios, según los expertos consultados. "Si hace esta apuesta de ADSL, que la haga en serio. Que sea de calidad y que sirva al equilibrio territorial, no aislada en grandes ciudades", dice Marcet. Los planes de ADSL de Telefónica tienen que aprobarse a finales de este mismo mes.

Al hablar de cable hay que distinguir dos mercados distintos: el residencial y el empresarial, "cuya arquitectura tecnológica es diferente, por la mayor fiabilidad y calidad que exigen las empresas", subraya Ginés Alarcón, director general del operador especializado en empresas Colt.

Cuando los alcaldes disparan la alarma sobre una posible fractura del territorio, las primeras miradas se dirigen a Menta, marca con la que opera Cable y Televisión de Cataluña (CTC), controlada por el holding Auna, que agrupa las participaciones de telecomunicaciones de Endesa, Telecom Italia y Unión Fenosa.

El 13% de los hogares dispone de cable pero ni el 1% está abonado

Según los datos disponibles en la Secretaría para la Sociedad de la Información, de la Generalitat, en marzo pasado había un 13% de hogares cableados, aunque los abonados a los servicios no alcanzaban el 1%.Menta aspira, en principio, a cubrir la totalidad del territorio catalán, pero los compromisos por los que tendrá que rendir cuenta no van tan lejos: estar plenamente operativa en toda la demarcación de Barcelona en el año 2002 y cubrir el 70% de Cataluña en 2004. En total, este esfuerzo supondrá un volumen de inversiones de 155.000 millones de pesetas. La inversión acumulada será ya, a finales de este mismo año, de 55.000 millones. Hoy, Menta da servicio en cinco localidades, entre las cuales está Barcelona, y está desplegando su red (este año, algo más de 2.000 kilómetros) en 18 municipios más. ¿Pero qué ocurrirá con el 30% de territorio restante? "Ya se verá", se limitan a señalar fuentes de Menta.

A este operador le ha salido un competidor, Flash10.com, que tiene como blanco los municipios de entre 10.000 y 50.000 habitantes. "Quienes están haciendo infraestructuras se concentran en las principales capitales y las zonas de mayor densidad. Y vimos clara una oportunidad de negocio", declara su presidente, Jordi Compte. Los primeros municipios donde empezará a trabajar ya este año son Mollerussa (Pla d'Urgell) y Roses (Alt Empordà). Flash10.com quiere invertir en los próximos 10 años 92.000 millones de pesetas para extender el cable en 32 localidades. Pero en Cataluña hay más de 900 municipios de este tamaño.

Otros de los operadores que marca Localret es al-pi, el grueso de cuyo negocio es, por ahora, la propia Administración catalana (conectar en dos años los centros de la sanidad pública con alta capacidad). La antigua Catalana de Telecomunicacions, que invertirá 48.000 millones en 10 años, tiene como mercado toda Cataluña. Este año habrá ya instalados 860 kilómetros de fibra óptica. Es un despliegue mucho mayor al de Colt, de 66 kilómetros, que se concentra "por el momento", en Barcelona y su área metropolitana.

"Sin coordinación, esto es una selva"

Por el momento, Localret está asumiendo las tareas de coordinación de las obras entre los diferentes operadores, así como entre operadores y ayuntamientos, para paliar en la medida de lo posible las molestias a los ciudadanos ocasionadas por la apertura de zanjas para el cableado. "Se están abriendo calles más veces de lo que sería necesario. Sin coordinación, esto es una selva", señala Xavier Marcet.La coordinación puede acabar obligando a un operador a desplegar su red en un tramo fuera de la red troncal de fibra óptica donde todavía no tuviera previsto hacerlo en el caso de que otras operadoras así lo hayan hecho, pero al mismo tiempo puede salirles más barato y rápido ir varios operadores juntos que el ir cada uno por su lado. En general, las empresas del sector agradecen esta compaginación. "Sin ella, hay un nuevo retraso, que se suma a la lentitud en la concesión de licencias de obras por parte de los ayuntamientos, que vigilan que la ciudadanía no sufra de forma agresiva los problemas de ejecutar las zanjas", resume Mónica Sala, directora técnica del operador al-pi (Uni2) especializado en los servicios de telecomunicaciones a empresas.

El cable está considerado por los expertos como lo que permite ofrecer Internet, televisión y telefonía a gran velocidad, entre 1.000 y 2.000 millones de bits por segundo, con mayor fiabilidad frente a interferencias o cambios meteorológicos, y el sistema más capacitado para absorber los imparables cambios tecnológicos que vayan surgiendo con el tiempo

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