Las células obtenidas del cerebro pueden formar tejido muscular
La técnica plantea una alternativa al uso de embriones humanos con fines terapéuticos
La fuente óptima para obtener células madre son los embriones humanos, lo que suscita toda clase de problemas éticos y legales. Investigadores italianos han mostrado que pueden obtenerse células madre del cerebro adulto, y que éstas pueden ser persuadidas para convertirse en tejido muscular. Técnicas como ésta pueden constituir una alternativa a la utilización terapéutica de embriones.
Células sanguíneas
Las células madre, células que pueden producir cualquier tipo de tejido humano y luego trasplantarse a un paciente, son una herramienta fundamental para el futuro inmediato de la medicina.Desde que, en noviembre de 1998, un equipo de la Universidad de Wisconsin dirigido por James Thomson consiguió cultivar células madre a partir de embriones humanos de pocos días, los científicos, los políticos y los bioéticos no han cesado de debatir sobre las posibilidades que esa técnica abre para la reparación de tejidos en los pacientes humanos, y sobre lo aceptable que puede resultar la utilización de embriones humanos para esos fines.Los sectores más reacios a la experimentación con embriones -entre los que se incluyen los republicanos de Estados Unidos, la mayoría conservadora del Parlamento Europeo y, en España, la Comisión Nacional de Reproducción Asistida que asesora al Gobierno- se han visto forzados a admitir que las células madre abren enormes perspectivas para la medicina, pero han mostrado su esperanza de que sean obtenidas de órganos adultos, de modo que se pueda evitar la utilización de embriones. Los sectores más conservadores consideran que un óvulo fecundado es ya un ser humano, y rechazan por lo tanto que pueda destruirse para obtener células, por más útiles que éstas sean.
Los resultados que presentan hoy en la revista Nature Medicine Angelo Vescovi y Giulio Cossu, del Stem Cell Research Institute de Milan, demuestran que las células madre obtenidas del sistema nervioso -ya sea de ratas o de humanos- pueden producir tejido muscular cuando entran en contacto con un tejido similar de un adulto. La técnica supone una alternativa a la utilización de embriones humanos para obtener las mismas células, al menos cuando el objetivo sea reparar el tejido muscular dañado por una enfermedad o un accidente.
El resultado viene a sumarse a otros datos que han revelado, en los últimos años, que las células del cerebro mantienen cierta plasticidad que les permite replicarse y dar marcha atrás a sus programas. Hasta hace poco se creía que el sistema nervioso adulto estaba bloqueado una fase terminal del desarrollo, y que sus células, una vez destruidas, no podían ser reemplazadas por otras nuevas.
La posibilidad de obtener células madre con múltiples potencialidades de desarrollo a partir de órganos adultos ha recibido notable atención en los últimos años. El mismo grupo milanés de Angelo Vescovi ya mostró el año pasado que las células madre obtenidas del cerebro podían producir, en ciertas condiciones, diversos tipos de células de la sangre.Otros grupos científicos mostraron luego que células madre obtenidas de la médula ósea pueden producir células musculares, y también ciertos tipos de células que cumplen una función accesoria en el cerebro (los astrocitos). Además, algunas células obtenidas de la médula ósea pueden formar músculo, células hepáticas y neuronas. Todo ello apoya las esperanzas de los sectores conservadores, que esperan que las células madre obtenidas de los órganos adultos puedan eliminar la necesidad de utilizar embriones para el mismo propósito.
El experimento italiano llega pocas semanas después de que los gobiernos británico y estadounidense decidieran facilitar que sus institutos públicos de investigación puedan investigar con embriones humanos con fines terapéuticos. El Reino Unido anunció en agosto que, siguiendo las recomendaciones de sus asesores científicos, enviaría al Parlamento un proyecto para permitir la clonación y utilización de los embriones humanos para obtener tejidos para trasplantes.
En Estados Unidos, estas técnicas ya eran legales, pero no disponían de fondos públicos debido a un veto del Congreso. Desde agosto, los institutos de investigación públicos norteamericanos pueden solicitar fondos públicos para experimentar con células madre, siempre que no las obtengan ellos mismos a partir de embriones humanos: es decir, que las compren a las empresas privadas que sí pueden destruir embriones humanos.
Nature Medicine acompaña el trabajo milanés con un editorial que aconseja proseguir con ambas líneas de investigación sobre células madre: las derivadas de órganos adultos y las obtenidas de embriones.
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