Purasangre
Se habló por primera vez de ella a finales de agosto en este periódico. Hasta entonces era una absoluta desconocida. Lo sigue siendo aunque su nombre esté ya en boca de personas que pueden cambiarle la vida. De hecho, empleados de varias compañías discográficas se paseaban por la sala sopesando las posibilidades de un producto semejante en el mercado.Sara Vanessa (de ahí lo de Van) es una peruana de 22 años que llegó a Madrid hace diez junto a su madre y tres hermanos. Encontrársela sobre un escenario puede provocar una fuerte impresión. Por su voz canalla y profunda, a la vez antigua y contemporánea. No es que tenga un registro espectacular, es que transpira verdad: ella misma da la impresión a veces de estar a punto de quebrarse por la emoción.
Sara Van y La Brea
Suristán. Madrid, 14 de septiembre.
Canta Veinte años, el añejo número cubano, con acompañamiento de guitarra española. ¡Nadie tan joven canta los versos de María Teresa Vera con esa hondura! Sara Van, que por edad cronológica ha escuchado a Janis Joplin y Guns & Roses, lleva en los surcos del alma una tradición de canción urbana y arrabalera, que evoca a Edith Piaf o a su compatriota Chabuca Granda. Y escribe sus propias canciones.
"Canciones viejas de llorar", las llama, con referencias a hombres que han pasado por su vida, como en Pérfido: "Pirata recién barbado, / Calato, mudando clima, / te vi corazón mellado, / cochambre y purita ruina. / Ando mirando las fotos / que eran tu cara de ayer. / Luego me horada la pena de / dejarte de querer... sí... (qué le vamos a hacer)".
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